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Description

Simultáneamente al Mieres 78 se diseñó el Sulcis modelo 82 en la nueva siderurgia Sulcis, situada junto a las grandes minas de carbón de Sirai, en Cerdeña.

El Sulcis 82 empleaba un cerrojo de modelo Zabaglia, inventado por Nicola Zabaglia, un ingeniero y armero de origen romano que se estableció en Cerdeña. Era más fiable y resistente que el cerrojo Mieres, y fue adoptado para las armas de repetición españolas del siglo siguiente. El Sulcis 82 tenía una caja de mecanismos de gran tamaño pensada para poder albergar varios disparos, aunque la urgente necesidad de fusiles modernos llevó a que se iniciara la producción de la versión monotiro. Con todo, la versión de repetición (Sulcis modelo 84) comenzó a entregarse a partir de 1686, en las postrimerías de la guerra de la Santa Alianza, y la mayoría de los Sulcis 82 fueron convertidos a la nueva versión.

El Sulcis 84 era un arma muy sólida, que permitía disparos rápidos, pero inferior a los Mieres, sobre todo en precisión: la del Sulcis se consideraba suficiente a las distancias normales de combate, pero adolecía de la precisión que precisaban los tiradores selectos. Otro inconveniente era que empleaba una breda de pincho, que se podía esconder dentro de la caja, pero que era menos versátil que los cuchillos de Breda.

El Sulcis 84, con todo, resultó un arma muy eficaz. Fue el primer fusil de repetición práctico, y se decía que seguía disparando en cualquier situación. Además, sus menores dimensiones lo hacían ideal para la caballería, que lo prefirió a las carabinas Mieres. Posteriormente también fue apreciado por las tropas coloniales.

En 1691 se presentó el Sulcis 88, con cañón algo más largo, miras mejoradas para el fuego a larga distancia, y que llevaba cuchillo de Breda. Junto con el Mieres 93, fue producido en grandes cantidades durante la guerra de Sucesión. Versiones mejoradas siguieron empleándose hasta mediados del siglo siguiente.

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Simultáneamente al Mieres 78 se diseñó el Sulcis modelo 82 en la nueva siderurgia Sulcis, situada junto a las grandes minas de carbón de Sirai, en Cerdeña.

El Sulcis 82 empleaba un cerrojo de modelo Zabaglia, inventado por Nicola Zabaglia, un ingeniero y armero de origen romano que se estableció en Cerdeña. Era más fiable y resistente que el cerrojo Mieres, y fue adoptado para las armas de repetición españolas del siglo siguiente. El Sulcis 82 tenía una caja de mecanismos de gran tamaño pensada para poder albergar varios disparos, aunque la urgente necesidad de fusiles modernos llevó a que se iniciara la producción de la versión monotiro. Con todo, la versión de repetición (Sulcis modelo 84) comenzó a entregarse a partir de 1686, en las postrimerías de la guerra de la Santa Alianza, y la mayoría de los Sulcis 82 fueron convertidos a la nueva versión.

El Sulcis 84 era un arma muy sólida, que permitía disparos rápidos, pero inferior a los Mieres, sobre todo en precisión: la del Sulcis se consideraba suficiente a las distancias normales de combate, pero adolecía de la precisión que precisaban los tiradores selectos. Otro inconveniente era que empleaba una breda de pincho, que se podía esconder dentro de la caja, pero que era menos versátil que los cuchillos de Breda.

El Sulcis 84, con todo, resultó un arma muy eficaz. Fue el primer fusil de repetición práctico, y se decía que seguía disparando en cualquier situación. Además, sus menores dimensiones lo hacían ideal para la caballería, que lo prefirió a las carabinas Mieres. Posteriormente también fue apreciado por las tropas coloniales.

En 1691 se presentó el Sulcis 88, con cañón algo más largo, miras mejoradas para el fuego a larga distancia, y que llevaba cuchillo de Breda. Junto con el Mieres 93, fue producido en grandes cantidades durante la guerra de Sucesión. Versiones mejoradas siguieron empleándose hasta mediados del siglo siguiente.