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Well, well, in my country we don't celebrate the Halloween and Anhrina is no a with, hehehe is a magician XD, but a like to make this illustration hehehe

¿Truco o trato?

En algún lugar entre las estanterías de la inmensa biblioteca de magia de Sinitiar…
-Veamos… Tiene que estar por aquí. –Pensaba Anrhina mirando el nombre de los libros en sus lomos.
-¿Anrhina? –Expresó intrigada la bibliotecaria al escuchar ruido y percatándose de ella al ir a revisar-. ¿Qué haces a estas horas aquí?
-Intento encontrar un poco de información sobre la noche de Halloween ya que mañana me toma mi primera vez como guardiana.
-Halloween ¿eh? Puedo ayudarte con eso. El libro que buscas se llama, Fantasmas y leyendas. Está en la Estantería cuatro, línea tres, sección C.
-Oh. Gracias. –Exclamó la maga marchándose a la carrera a por el libro indicado-. A ver… -Susurró deslizando un dedo por los libros buscando el nombre, hasta que dio con uno bastante desgastado-. Aquí está aunque... Diantres, da grima. –Susurró mirándolo sorprendida ya que no solo tenía una portada espeluznante que parecía cambiar de forma, sino que el mismo libro desprendía una nebrina oscura.

Ya con el libro en las manos, se dirigió a una de las mesas y sentándose, tragó saliva antes de disponerse a leerlo, pero en el momento que sus dedos se dispusieron a abrirlo, este se abrió de golpe por la mitad, haciendo que la maga diera un enorme grito por el susto.
-La madre que lo… -Expresó escuchando como si una risa surgiera del libro mientras sus hojas se movían levemente.
-He he. Nadie se libra de eso cuando coge ese libro por primera vez. –Pensó sonriendo la bibliotecaria sentada en su escritorio.
-Esto… A ver… Tengo que relajarme. –Expresó palmeándose los carrillos y mirando el libro-. Se un buen chico y dejame aprender un poco de la noche de Halloween. Solo quiero eso, y prometo dejarte dormir nuevamen… -Expresaba mirándolo, cuando sin esperarlo las páginas del libro, de nuevo comenzaron a pasar hasta que se detuvieron en lo que ella buscaba-. Gracias. Veamos que tenemos por aquí.

“La noche de brujas, la noche de los difuntos, o la noche de Halloween, es una fiesta que mundialmente se conoce, y que se celebra de numerosas y variadas formas. El origen de esta fiesta, se pierde en los albores del tiempo, pero si hay algo que perdura y se mantiene, es una vieja leyenda.
Mucho tiempo atrás, existió un hombre llamado Jack, que se decía que tenía un alma tan negra que podría rivalizar con la del mismo diablo, y cuya fama era tan siniestra que no tenía parangón posible. Estos comentarios crecieron y crecieron durante años, y tanto fue así que llegaron a oídos del mismísimo rey de todos los demonios, que intrigado por conocerlo en vida, subió a la superficie para comprobar si lo que decían de él, era efectivamente real. Entonces adoptando la forma de un hombre de avanzada edad y larga barba, un día a altas horas de la noche, entró en un bar apartado, donde no había ningún cliente, salvo Jack que bebía en la barra.
-Es aburrido beber uno solo. –Le indicó el diablo sentándose a su lado-. ¿Puedo acompañarte?
-Adelante, nadie te lo impide. –Le indicó Jack mirándolo de reojo y tomando un sorbo de su vaso casi vacío.
-Gracias. Mmm… Tu vaso necesita más por lo que puedo ver. Camarero. Traiga la botella de lo que mi amigo está bebiendo y déjela aquí. –Expresó el diablo llamando la atención.
-Es la primera vez que te veo por aquí. –Comentó Jack cuando el diablo recibió la botella y le llenó el vaso, para a continuación hacer lo mismo con el que trajeron para acompañar.
-Solo soy un viajero y mercader trotamundos. –Le indicó el diablo alzando su vaso y acercándoselo a Jack para que brindara con él.
-Mercader, ¿eh? –Comentó Jack bebiendo de su baso-. Esta es una buena época para la venta de calabazas, y yo cultivo las mejores.
-Es uno de los ingredientes de un postre típico de la festividad que se avecina, ¿no es así? –Preguntó el diablo, bebiendo también.
-Eso creo. A mí en particular las calabazas no me gustan, pero dan dinero. –Le indicó Jack vaciando su baso.
-Entiendo…

Durante horas, el diablo y Jack continuaron bebiendo como si ambos buscaran emborrachar al otro, aunque ninguno dio síntomas de ello, incluso tras terminarse la tercera botella.
-Mmm… Quizás a otros podrás engañarles, pero conmigo necesitarías algo más que una fachada. –Comentó Jack girándose y mirando fijamente a su acompañante-. Sé quién eres y para que has venido.
-Tu alma me pertenece y he venido a reclamarla. –Le indicó el diablo brillándole los ojos.
-En ese caso, espero que me concedas una última voluntad.
-Por supuesto. Pide lo que quieras.
-Una última ronda juntos antes de pagar.
-Concedido. –Expresó el diablo sonriendo ya que era la última voluntad más fácil que jamás le habían pedido.

Los dos pidieron que les llenaran nuevamente el vaso, y tras bebérselos tocaba pagar, pero ni Jack ni el diablo tenían dinero encima.
-Vaya. Esto sí que es algo inesperado. No podemos marcharnos sin pagar tu deuda. –Le indicó el diablo mirándolo.
-Si eres quien dices ser, transformate en una moneda de oro que yo usaré para pagar. Eso me demostraría tus poderes, y debería ser algo muy fácil para ti. –Le indicó Jack mirándolo con sonrisa burlona.

El diablo no se lo pensó dos veces, y tras desaparecer entre humo, apareció una moneda de oro sobre la barra, que rápidamente el camarero se dispuso a coger. Pero, al margen de los deseos del diablo, Jack fue más rápido, y cogiendo la moneda, se la guardó en su bolsillo, donde reposaba un crucifijo de plata bendecido. Esto el diablo no se lo esperaba en absoluto, y cuando intentó deshacer su propio encantamiento, se dio cuenta que no podía, ya que la bendición de aquel crucifijo, anulaba por completo sus poderes.
-Liberame. –Expresó el diablo resonando su voz en todo el bar.
-Si te libero, será con una condición. –Comentó Jack metiendo la mano en su bolsillo y sujetando la moneda-. Que regreses al infierno y no me molestes más hasta dentro de un año.
-Está bien. Tienes mi palabra que así lo haré.

Escuchando esto, Jack sacó la moneda, y nuevamente entre humo, esta desapareció. Seguramente muchos os estaréis preguntando por que pidió precisamente un año, y esta es la respuesta. Jack estaba enfermo y los médicos le habían dado menos de un año de vida. El diablo sabía lo de su dolencia, y presentía que el momento de su fallecimiento se acercaba, pero debido al crucifijo que siempre lo acompañaba, no era capaz de ver con exactitud cuándo se produciría.
Con esto, el año transcurrió, pero Jack no había muerto, así que la primera noche tras el tiempo pactado, el diablo se presentó en su casa. Nuevamente Jack le pidió un último deseo, y el diablo obligado a ello, no pudo negarse. En esta ocasión, Jack le pidió que se subiera a un árbol de su huerto, donde una manzana destacaba en una de las ramas más altas, y que sería su última comida antes del tormento.
Extrañado, el diablo preguntó si solo quería eso, a lo que Jack aclaró que debía hacerlo por sí mismo, sin usar magia de por medio. Lógicamente el diablo se olía que Jack nuevamente tramaba algo, pero resignado accedió a su deseo, para encontrarse poco después sobre el árbol en la parte más alta, sin poder bajar, ya que Jack aprovecho ese momento para clavar en el árbol su crucifijo. Nuevamente el diablo había quedado atrapado, y como era de esperar, para ser liberado debía acceder a la petición de Jack. En esta ocasión, Jack no solo pidió no ser molestado por diez años, sino que además, que su alma no pudiera ser reclamada por el inframundo.
El diablo pensó en ello durante unos segundos, y tras recapacitar, aceptó. Jack se sentía pletórico tras haber engañado por segunda vez al diablo, y ahora que tenía diez años más, podría enmendar su vida para así optar al cielo. Pero las cosas nunca salen como uno cree…
Jack murió apenas un año después, y cuando se vio en el cielo ante las puertas del guardián, este sacó su espada llameante y le impidió el paso.
-No puedes pasar. –Le indicó el arcángel apuntándole con su arma-. Tu vida ha estado llena de pecados innombrables, y atrocidades de toda índole. Tus intentos por expiar tus pecados, no pueden borrar semejante lista de injusticias, y por ello, iras a donde te corresponde.
-Pero… -Intentó replicar Jack, cuando la espada llameante se clavó en el suelo y este se abrió por completo haciendo que Jack se precipitara hacia el inframundo, donde el diablo sonriente lo esperaba sentado en su trono.
-Vaya vaya vaya. Mirad a quien tenemos aquí. –Expresó el diablo mirándolo con sonrisa siniestra.
-Esto no puede ser. –Expresó Jack sorprendido al mirar a su alrededor-. Me prometiste que no podrías reclamarme.
-Es cierto, lo prometí, y yo cumplo mis promesas. –Expresó el diablo incorporándose y acercándose a él, para colocar una mano sobre su hombro, haciendo que Jack se arrodillara, al sentir como su contacto le quemaba-. No te quieren en el cielo, y aquí no estarás como habías pedido, así que solo queda un lugar al que podrás ir. A partir de ahora, como un alma errante, estarás atrapado en el mundo de los mortales que tanto te gusta. Deambularas por las calles en la festividad de todos los santos, portando nada más que una vara de madera a tu espalda, de la que colgara una calabaza en cuyo interior arderá por toda la eternidad tu alma. Su luz recordará a vivos y muertos que el ciclo de la vida es algo a lo que nadie puede escapar, aun haciendo trampas. Su luz te alumbrá en el camino entre el bien y el mal, recordándote en un ciclo sin fin, todo aquello que en vida te empujó a donde ahora estás. Esa será tu penitencia, ese es el camino que tú mismo te has labrado”.

-Diantres… -Susurró Anrhina sintiendo un escalofrío por todo su cuerpo-. Ese diablo no era precisamente muy inteligente, pero al final fue quien rio el último. No puedo creer que…
-¡Hey! –Exclamaron tras ella, al mismo tiempo que la sujetaban por los hombros.
-¡¡¡AAAaaaaaahhhh!!! –Gritó aterrorizaba Anrhina lanzando por los aires el libro.
-¡Ha ha ha ha! –Tan asustadiza como siempre.
-¡Jarila! ¡Por todos los santos! –Exclamó Anrhina incorporándose de golpe y volviéndose-. ¡Casi logras que me dé un infarto!
-Uuuhh… -Murmuró Jarila moviendo las manos ante ella-. Te unirías a los fantasmas de cientos de estudiantes que murieron en esta biblioteca.
-¡No tiene gracia! –Exclamó Anrhina totalmente erizada con los carrillos hinchados.
-He he. Ok ok. Disculpame. Te estaba buscando para que me acompañes en mis prácticas de hechizos mímicos.
-Sabes que se me dan fatal. ¿Por qué me lo pides a mí?
-Eres la única que conozco que era capaz de lograrlo solo moviendo la nariz.
-Suspiro- Yo no llamaría a eso lograrlo… -Susurró totalmente abatida-. Solo funciona si me miro a un espejo y comienzo a mover la nariz. Esto hace que me trasforme en un conejo.
-Un conejito muy mono tengo entendido. –Comentó Jarila con cara risueña.
-Calla calla. Aún tengo escalofríos cada vez que recuerdo como me perseguían Jonny y Zaskia.
-¡Ha ha ha! Supongo que es normal ya que son un lobo y un zorro. Por cierto. ¿Es verdad que mañana vas a participar en la vigilancia?
-Suspiro-. Más bien me obligaron a ello. Te aseguro que no me hace nada de gracia pasarme la noche patrullando la ciudad, a lomos de una escoba voladora de la que cuelga un farolillo. Sé que es necesario para mantener a raya a los malos espíritus, que pueden aprovecharse de los jóvenes, pero…
-Vamos vamos. No es para tanto. Yo he pasado por eso y no es tan malo como crees. Vale. Es cierto que de vez en cuando tenemos que intervenir con algún espíritu travieso, o con algún demonio menor que roba las golosinas, pero fuera de ahí, nunca ha pasado nada de importancia. Además, dicen que mañana no solo habrá luna llena, sino que será el día en que esta se acercará más a nuestro planeta, así que se verá imponente. Mi consejo es que intentes pasártelo lo mejor posible, y disfrutes la noche. –Le indicó Jarila sujetándole las manos y mirándola a los ojos.
-Lo… Lo intentaré. Venga. Te ayudaré con esas prácticas.
-¡Yay! Eres la mejor. –Exclamó Jarila arrimándose y dándole un beso en la mejilla antes de llevársela por una mano, provocando que Anrhina se quedará totalmente colorada.

Abhrina© is property of Angel Blackwolf
Art by Siekfried
2013

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Well, well, in my country we don't celebrate the Halloween and Anhrina is no a with, hehehe is a magician XD, but a like to make this illustration hehehe

¿Truco o trato?

En algún lugar entre las estanterías de la inmensa biblioteca de magia de Sinitiar…
-Veamos… Tiene que estar por aquí. –Pensaba Anrhina mirando el nombre de los libros en sus lomos.
-¿Anrhina? –Expresó intrigada la bibliotecaria al escuchar ruido y percatándose de ella al ir a revisar-. ¿Qué haces a estas horas aquí?
-Intento encontrar un poco de información sobre la noche de Halloween ya que mañana me toma mi primera vez como guardiana.
-Halloween ¿eh? Puedo ayudarte con eso. El libro que buscas se llama, Fantasmas y leyendas. Está en la Estantería cuatro, línea tres, sección C.
-Oh. Gracias. –Exclamó la maga marchándose a la carrera a por el libro indicado-. A ver… -Susurró deslizando un dedo por los libros buscando el nombre, hasta que dio con uno bastante desgastado-. Aquí está aunque... Diantres, da grima. –Susurró mirándolo sorprendida ya que no solo tenía una portada espeluznante que parecía cambiar de forma, sino que el mismo libro desprendía una nebrina oscura.

Ya con el libro en las manos, se dirigió a una de las mesas y sentándose, tragó saliva antes de disponerse a leerlo, pero en el momento que sus dedos se dispusieron a abrirlo, este se abrió de golpe por la mitad, haciendo que la maga diera un enorme grito por el susto.
-La madre que lo… -Expresó escuchando como si una risa surgiera del libro mientras sus hojas se movían levemente.
-He he. Nadie se libra de eso cuando coge ese libro por primera vez. –Pensó sonriendo la bibliotecaria sentada en su escritorio.
-Esto… A ver… Tengo que relajarme. –Expresó palmeándose los carrillos y mirando el libro-. Se un buen chico y dejame aprender un poco de la noche de Halloween. Solo quiero eso, y prometo dejarte dormir nuevamen… -Expresaba mirándolo, cuando sin esperarlo las páginas del libro, de nuevo comenzaron a pasar hasta que se detuvieron en lo que ella buscaba-. Gracias. Veamos que tenemos por aquí.

“La noche de brujas, la noche de los difuntos, o la noche de Halloween, es una fiesta que mundialmente se conoce, y que se celebra de numerosas y variadas formas. El origen de esta fiesta, se pierde en los albores del tiempo, pero si hay algo que perdura y se mantiene, es una vieja leyenda.
Mucho tiempo atrás, existió un hombre llamado Jack, que se decía que tenía un alma tan negra que podría rivalizar con la del mismo diablo, y cuya fama era tan siniestra que no tenía parangón posible. Estos comentarios crecieron y crecieron durante años, y tanto fue así que llegaron a oídos del mismísimo rey de todos los demonios, que intrigado por conocerlo en vida, subió a la superficie para comprobar si lo que decían de él, era efectivamente real. Entonces adoptando la forma de un hombre de avanzada edad y larga barba, un día a altas horas de la noche, entró en un bar apartado, donde no había ningún cliente, salvo Jack que bebía en la barra.
-Es aburrido beber uno solo. –Le indicó el diablo sentándose a su lado-. ¿Puedo acompañarte?
-Adelante, nadie te lo impide. –Le indicó Jack mirándolo de reojo y tomando un sorbo de su vaso casi vacío.
-Gracias. Mmm… Tu vaso necesita más por lo que puedo ver. Camarero. Traiga la botella de lo que mi amigo está bebiendo y déjela aquí. –Expresó el diablo llamando la atención.
-Es la primera vez que te veo por aquí. –Comentó Jack cuando el diablo recibió la botella y le llenó el vaso, para a continuación hacer lo mismo con el que trajeron para acompañar.
-Solo soy un viajero y mercader trotamundos. –Le indicó el diablo alzando su vaso y acercándoselo a Jack para que brindara con él.
-Mercader, ¿eh? –Comentó Jack bebiendo de su baso-. Esta es una buena época para la venta de calabazas, y yo cultivo las mejores.
-Es uno de los ingredientes de un postre típico de la festividad que se avecina, ¿no es así? –Preguntó el diablo, bebiendo también.
-Eso creo. A mí en particular las calabazas no me gustan, pero dan dinero. –Le indicó Jack vaciando su baso.
-Entiendo…

Durante horas, el diablo y Jack continuaron bebiendo como si ambos buscaran emborrachar al otro, aunque ninguno dio síntomas de ello, incluso tras terminarse la tercera botella.
-Mmm… Quizás a otros podrás engañarles, pero conmigo necesitarías algo más que una fachada. –Comentó Jack girándose y mirando fijamente a su acompañante-. Sé quién eres y para que has venido.
-Tu alma me pertenece y he venido a reclamarla. –Le indicó el diablo brillándole los ojos.
-En ese caso, espero que me concedas una última voluntad.
-Por supuesto. Pide lo que quieras.
-Una última ronda juntos antes de pagar.
-Concedido. –Expresó el diablo sonriendo ya que era la última voluntad más fácil que jamás le habían pedido.

Los dos pidieron que les llenaran nuevamente el vaso, y tras bebérselos tocaba pagar, pero ni Jack ni el diablo tenían dinero encima.
-Vaya. Esto sí que es algo inesperado. No podemos marcharnos sin pagar tu deuda. –Le indicó el diablo mirándolo.
-Si eres quien dices ser, transformate en una moneda de oro que yo usaré para pagar. Eso me demostraría tus poderes, y debería ser algo muy fácil para ti. –Le indicó Jack mirándolo con sonrisa burlona.

El diablo no se lo pensó dos veces, y tras desaparecer entre humo, apareció una moneda de oro sobre la barra, que rápidamente el camarero se dispuso a coger. Pero, al margen de los deseos del diablo, Jack fue más rápido, y cogiendo la moneda, se la guardó en su bolsillo, donde reposaba un crucifijo de plata bendecido. Esto el diablo no se lo esperaba en absoluto, y cuando intentó deshacer su propio encantamiento, se dio cuenta que no podía, ya que la bendición de aquel crucifijo, anulaba por completo sus poderes.
-Liberame. –Expresó el diablo resonando su voz en todo el bar.
-Si te libero, será con una condición. –Comentó Jack metiendo la mano en su bolsillo y sujetando la moneda-. Que regreses al infierno y no me molestes más hasta dentro de un año.
-Está bien. Tienes mi palabra que así lo haré.

Escuchando esto, Jack sacó la moneda, y nuevamente entre humo, esta desapareció. Seguramente muchos os estaréis preguntando por que pidió precisamente un año, y esta es la respuesta. Jack estaba enfermo y los médicos le habían dado menos de un año de vida. El diablo sabía lo de su dolencia, y presentía que el momento de su fallecimiento se acercaba, pero debido al crucifijo que siempre lo acompañaba, no era capaz de ver con exactitud cuándo se produciría.
Con esto, el año transcurrió, pero Jack no había muerto, así que la primera noche tras el tiempo pactado, el diablo se presentó en su casa. Nuevamente Jack le pidió un último deseo, y el diablo obligado a ello, no pudo negarse. En esta ocasión, Jack le pidió que se subiera a un árbol de su huerto, donde una manzana destacaba en una de las ramas más altas, y que sería su última comida antes del tormento.
Extrañado, el diablo preguntó si solo quería eso, a lo que Jack aclaró que debía hacerlo por sí mismo, sin usar magia de por medio. Lógicamente el diablo se olía que Jack nuevamente tramaba algo, pero resignado accedió a su deseo, para encontrarse poco después sobre el árbol en la parte más alta, sin poder bajar, ya que Jack aprovecho ese momento para clavar en el árbol su crucifijo. Nuevamente el diablo había quedado atrapado, y como era de esperar, para ser liberado debía acceder a la petición de Jack. En esta ocasión, Jack no solo pidió no ser molestado por diez años, sino que además, que su alma no pudiera ser reclamada por el inframundo.
El diablo pensó en ello durante unos segundos, y tras recapacitar, aceptó. Jack se sentía pletórico tras haber engañado por segunda vez al diablo, y ahora que tenía diez años más, podría enmendar su vida para así optar al cielo. Pero las cosas nunca salen como uno cree…
Jack murió apenas un año después, y cuando se vio en el cielo ante las puertas del guardián, este sacó su espada llameante y le impidió el paso.
-No puedes pasar. –Le indicó el arcángel apuntándole con su arma-. Tu vida ha estado llena de pecados innombrables, y atrocidades de toda índole. Tus intentos por expiar tus pecados, no pueden borrar semejante lista de injusticias, y por ello, iras a donde te corresponde.
-Pero… -Intentó replicar Jack, cuando la espada llameante se clavó en el suelo y este se abrió por completo haciendo que Jack se precipitara hacia el inframundo, donde el diablo sonriente lo esperaba sentado en su trono.
-Vaya vaya vaya. Mirad a quien tenemos aquí. –Expresó el diablo mirándolo con sonrisa siniestra.
-Esto no puede ser. –Expresó Jack sorprendido al mirar a su alrededor-. Me prometiste que no podrías reclamarme.
-Es cierto, lo prometí, y yo cumplo mis promesas. –Expresó el diablo incorporándose y acercándose a él, para colocar una mano sobre su hombro, haciendo que Jack se arrodillara, al sentir como su contacto le quemaba-. No te quieren en el cielo, y aquí no estarás como habías pedido, así que solo queda un lugar al que podrás ir. A partir de ahora, como un alma errante, estarás atrapado en el mundo de los mortales que tanto te gusta. Deambularas por las calles en la festividad de todos los santos, portando nada más que una vara de madera a tu espalda, de la que colgara una calabaza en cuyo interior arderá por toda la eternidad tu alma. Su luz recordará a vivos y muertos que el ciclo de la vida es algo a lo que nadie puede escapar, aun haciendo trampas. Su luz te alumbrá en el camino entre el bien y el mal, recordándote en un ciclo sin fin, todo aquello que en vida te empujó a donde ahora estás. Esa será tu penitencia, ese es el camino que tú mismo te has labrado”.

-Diantres… -Susurró Anrhina sintiendo un escalofrío por todo su cuerpo-. Ese diablo no era precisamente muy inteligente, pero al final fue quien rio el último. No puedo creer que…
-¡Hey! –Exclamaron tras ella, al mismo tiempo que la sujetaban por los hombros.
-¡¡¡AAAaaaaaahhhh!!! –Gritó aterrorizaba Anrhina lanzando por los aires el libro.
-¡Ha ha ha ha! –Tan asustadiza como siempre.
-¡Jarila! ¡Por todos los santos! –Exclamó Anrhina incorporándose de golpe y volviéndose-. ¡Casi logras que me dé un infarto!
-Uuuhh… -Murmuró Jarila moviendo las manos ante ella-. Te unirías a los fantasmas de cientos de estudiantes que murieron en esta biblioteca.
-¡No tiene gracia! –Exclamó Anrhina totalmente erizada con los carrillos hinchados.
-He he. Ok ok. Disculpame. Te estaba buscando para que me acompañes en mis prácticas de hechizos mímicos.
-Sabes que se me dan fatal. ¿Por qué me lo pides a mí?
-Eres la única que conozco que era capaz de lograrlo solo moviendo la nariz.
-Suspiro- Yo no llamaría a eso lograrlo… -Susurró totalmente abatida-. Solo funciona si me miro a un espejo y comienzo a mover la nariz. Esto hace que me trasforme en un conejo.
-Un conejito muy mono tengo entendido. –Comentó Jarila con cara risueña.
-Calla calla. Aún tengo escalofríos cada vez que recuerdo como me perseguían Jonny y Zaskia.
-¡Ha ha ha! Supongo que es normal ya que son un lobo y un zorro. Por cierto. ¿Es verdad que mañana vas a participar en la vigilancia?
-Suspiro-. Más bien me obligaron a ello. Te aseguro que no me hace nada de gracia pasarme la noche patrullando la ciudad, a lomos de una escoba voladora de la que cuelga un farolillo. Sé que es necesario para mantener a raya a los malos espíritus, que pueden aprovecharse de los jóvenes, pero…
-Vamos vamos. No es para tanto. Yo he pasado por eso y no es tan malo como crees. Vale. Es cierto que de vez en cuando tenemos que intervenir con algún espíritu travieso, o con algún demonio menor que roba las golosinas, pero fuera de ahí, nunca ha pasado nada de importancia. Además, dicen que mañana no solo habrá luna llena, sino que será el día en que esta se acercará más a nuestro planeta, así que se verá imponente. Mi consejo es que intentes pasártelo lo mejor posible, y disfrutes la noche. –Le indicó Jarila sujetándole las manos y mirándola a los ojos.
-Lo… Lo intentaré. Venga. Te ayudaré con esas prácticas.
-¡Yay! Eres la mejor. –Exclamó Jarila arrimándose y dándole un beso en la mejilla antes de llevársela por una mano, provocando que Anrhina se quedará totalmente colorada.

Abhrina© is property of Angel Blackwolf
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2013