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–Un pequeño escarmiento fue suficiente para cambiarte de parecer – Se burló sin gracia, en parte estaba satisfecha porque ese vago sueño había abandonado la cabeza del Príncipe, al menos eso pensaba. Supusoque si se estaba paseando por el castillo en medio de una festividad tan grande como la Gala del galope,dispuesto a saludarcadasúbditopresente, había aceptado su papel.

–No me he rendido aun, Capitán – en el fondo no le sorprendía esa actitud, pero esto había removido algo muy en el fondo. Apretando la mandíbula se giró para ver de frente al pegaso, lista para escupir toda su furia. No estaba acostumbrada a que las cosas no salieran a su modo, y el Principe no parecía ceder pronto.

–Acaso no fue suficiente? – Elevo una de sus cejas expectante y siguió mirándole con la cabeza en alto, con superioridad. Se controló apaciguando una parte de ira aunque aún sus ojos demostraran lo contrario – Esperaba que luego de ese entrenamiento finalmente te abriría los ojos. Pero eres demasiado terco para darte cuenta de lo duro que es llegar hasta aquí – su voz no titubeo en ningún momento, con firmeza se dispuso a continuar su monologo – Estando al lado de tu padre en cada reunión no va a hacer diferencia, mucho menos conseguirás beneficios para abrirte ese camino que tanto deseas.

–No hables mal de él, ha conseguido mucho con esas reuniones – señalo irritado tratando de mantenerse respetuoso ante la situación, aun si Tempest no se lo mereciera.

–No, no te equivoques. Podría decir que hasta respeto a tu padre – giro los ojos, amargada. Esas reuniones había concedido algunos beneficios, era una merito que debía reconocerle pero para ella aunque fuera beneficioso tener el dialogo con otras especies estaba acostumbrada a usar la fuerza en ese tipo de situaciones– Otra situación seria hablar sobre ti, tu ni siquiera le llegas a los talones a tu padre, eres solo un pequeño insecto en comparación a él.

Siguió mirándole firme agazapado en su lugar, se le formo un nudo en la garganta ante las agrias palabras de la unicornio impidiéndole hablar esta vez.

– Por un momento, aunque innecesario, imagine que pondrías tus cartas en la mesa y te replantearías el propósito de tu vida –miro con desdén al minúsculo pegaso, quien fruncía el ceño a cada segundo que la conversación avanzaba – El cual, parece quieres redirigir a como dé lugar – con paso lento y firme se acercó, Mythic intimidado se estremeció en su lugar. Tal vez este reflejo fue causado por la impotencia que contenía su flacucho cuerpo, sabía que Tempest estaba abusando tanto de su poder como de su tamaño para intimidarlo y él no era capaz de refutar en su contra, sus padres no le habían enseñado a ser maleducado y no terminaba de hallar palabras correctas para manifestar su descontento – Un propósito del que no podrás huir pequeño príncipe – pronuncio las últimas palabras casi con gracia.

– Yo no estoy huyendo de nada – Tempest le miro indiferentemente, el pegaso parecido serio y seguía aferrándose a sus palabras. Pero eso no era suficiente para cambiar de opinión a la capitana, ni siquiera una demostración lo haría después de todo ya había visto todo lo que le podía ofrecer. Y no era suficiente, no para ella.

-Ya déjalo, no aspires demasiado chico. Después de todo tu solo serás una marioneta más – Culmino indiferente, cansada de esa charla tan innecesaria. En cambio, Mythic parecido aturdido por aquella última frase, mientras el pequeño príncipe se consumía a si mismo entre lágrimas saladas Tempest miro de reojo por última vez al potro antes de comenzar a alejarse. Para sorpresa de ambos Cephei se paseaba por ese pasillo, en un intento por despejarse de la revuelta en el salón principal.

Mythic se acurruco contra su prima favorita lloriqueando lo más silencioso posible, el hibrido lo consolaba con calma acariciando con suavidad el lomo de este. Con un semblante serio Shadow continuo recorriendo el pasillo, el aire se sintió pesado de un momento a otro de manera literal. La capitana rio sin gracia inmóvil en su lugar, giro su cabeza y observo inquita los furiosos ojos de la primogénita de Celestia.

-Muy bien jugado, de seguro es divertido jugar con la gravedad – Cephei no aparto la mirada en ningún momento, su rostro era sereno pero sus ojos demostraban una fiereza voraz capaz de inquietar a la Capitana Tempest Shadow.

-Absolutamente, pero no tan divertido como jugar con los sentimientos de un potro, cierto? –Sus ojos brillaron de una forma sobre natural, en respuesta el cuerno de Tempest chispeo en forma de defensa - Creo que has entendido el mensaje.

-Estoy segura que sí, princesa – Hizo una reverencia y con dificulta se giró para continuar nuevamente su camino - No vas a poder protegerlo para siempre- murmuro entre una maliciosa sonrisa.

~ ~ ~ ~ ~

Tempest Shadow, la nueva Capitana de la Guardia Real de la Princesa Twilight hizo lo imposible en la joventud de Mythic para quebrantar el poco espiritu de lucha que ya le quedaba, con el tiempo se canso de aquello y se resigno a su patetico fracaso. Cephei aunque era la oveja negra de la familia real en ese tiempo mantenia una estrecha relacion con el pequeño principe, aun en el presente sus lazos son muy fuertes pese a que no se vea tan a menudo.

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–Un pequeño escarmiento fue suficiente para cambiarte de parecer – Se burló sin gracia, en parte estaba satisfecha porque ese vago sueño había abandonado la cabeza del Príncipe, al menos eso pensaba. Supusoque si se estaba paseando por el castillo en medio de una festividad tan grande como la Gala del galope,dispuesto a saludarcadasúbditopresente, había aceptado su papel.

–No me he rendido aun, Capitán – en el fondo no le sorprendía esa actitud, pero esto había removido algo muy en el fondo. Apretando la mandíbula se giró para ver de frente al pegaso, lista para escupir toda su furia. No estaba acostumbrada a que las cosas no salieran a su modo, y el Principe no parecía ceder pronto.

–Acaso no fue suficiente? – Elevo una de sus cejas expectante y siguió mirándole con la cabeza en alto, con superioridad. Se controló apaciguando una parte de ira aunque aún sus ojos demostraran lo contrario – Esperaba que luego de ese entrenamiento finalmente te abriría los ojos. Pero eres demasiado terco para darte cuenta de lo duro que es llegar hasta aquí – su voz no titubeo en ningún momento, con firmeza se dispuso a continuar su monologo – Estando al lado de tu padre en cada reunión no va a hacer diferencia, mucho menos conseguirás beneficios para abrirte ese camino que tanto deseas.

–No hables mal de él, ha conseguido mucho con esas reuniones – señalo irritado tratando de mantenerse respetuoso ante la situación, aun si Tempest no se lo mereciera.

–No, no te equivoques. Podría decir que hasta respeto a tu padre – giro los ojos, amargada. Esas reuniones había concedido algunos beneficios, era una merito que debía reconocerle pero para ella aunque fuera beneficioso tener el dialogo con otras especies estaba acostumbrada a usar la fuerza en ese tipo de situaciones– Otra situación seria hablar sobre ti, tu ni siquiera le llegas a los talones a tu padre, eres solo un pequeño insecto en comparación a él.

Siguió mirándole firme agazapado en su lugar, se le formo un nudo en la garganta ante las agrias palabras de la unicornio impidiéndole hablar esta vez.

– Por un momento, aunque innecesario, imagine que pondrías tus cartas en la mesa y te replantearías el propósito de tu vida –miro con desdén al minúsculo pegaso, quien fruncía el ceño a cada segundo que la conversación avanzaba – El cual, parece quieres redirigir a como dé lugar – con paso lento y firme se acercó, Mythic intimidado se estremeció en su lugar. Tal vez este reflejo fue causado por la impotencia que contenía su flacucho cuerpo, sabía que Tempest estaba abusando tanto de su poder como de su tamaño para intimidarlo y él no era capaz de refutar en su contra, sus padres no le habían enseñado a ser maleducado y no terminaba de hallar palabras correctas para manifestar su descontento – Un propósito del que no podrás huir pequeño príncipe – pronuncio las últimas palabras casi con gracia.

– Yo no estoy huyendo de nada – Tempest le miro indiferentemente, el pegaso parecido serio y seguía aferrándose a sus palabras. Pero eso no era suficiente para cambiar de opinión a la capitana, ni siquiera una demostración lo haría después de todo ya había visto todo lo que le podía ofrecer. Y no era suficiente, no para ella.

-Ya déjalo, no aspires demasiado chico. Después de todo tu solo serás una marioneta más – Culmino indiferente, cansada de esa charla tan innecesaria. En cambio, Mythic parecido aturdido por aquella última frase, mientras el pequeño príncipe se consumía a si mismo entre lágrimas saladas Tempest miro de reojo por última vez al potro antes de comenzar a alejarse. Para sorpresa de ambos Cephei se paseaba por ese pasillo, en un intento por despejarse de la revuelta en el salón principal.

Mythic se acurruco contra su prima favorita lloriqueando lo más silencioso posible, el hibrido lo consolaba con calma acariciando con suavidad el lomo de este. Con un semblante serio Shadow continuo recorriendo el pasillo, el aire se sintió pesado de un momento a otro de manera literal. La capitana rio sin gracia inmóvil en su lugar, giro su cabeza y observo inquita los furiosos ojos de la primogénita de Celestia.

-Muy bien jugado, de seguro es divertido jugar con la gravedad – Cephei no aparto la mirada en ningún momento, su rostro era sereno pero sus ojos demostraban una fiereza voraz capaz de inquietar a la Capitana Tempest Shadow.

-Absolutamente, pero no tan divertido como jugar con los sentimientos de un potro, cierto? –Sus ojos brillaron de una forma sobre natural, en respuesta el cuerno de Tempest chispeo en forma de defensa - Creo que has entendido el mensaje.

-Estoy segura que sí, princesa – Hizo una reverencia y con dificulta se giró para continuar nuevamente su camino - No vas a poder protegerlo para siempre- murmuro entre una maliciosa sonrisa.

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Tempest Shadow, la nueva Capitana de la Guardia Real de la Princesa Twilight hizo lo imposible en la joventud de Mythic para quebrantar el poco espiritu de lucha que ya le quedaba, con el tiempo se canso de aquello y se resigno a su patetico fracaso. Cephei aunque era la oveja negra de la familia real en ese tiempo mantenia una estrecha relacion con el pequeño principe, aun en el presente sus lazos son muy fuertes pese a que no se vea tan a menudo.