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PARTE UNO

Emilia no tenia problemas con escribir, en cambio si tenia muchos problemas para enviar las cartas. Y es porque jamas estaba segura de estar diciendo lo correcto, incluso en Sonnelan, había enviado escasas cartas a casa.

Ya llevaba mas de una semana en Kolkos y habían pasado muchas cosas, partiendo con su primera salida y la muerte de su compañera Siri. Esto le dolió a todos y también les sirvió para darse cuenta de la dura tarea que tenían por delante. No habían ido de vacaciones y esa fue la forma mas cruel de recordarselos. La primera carta era para Ragen, pero la guardo en su baúl sin siquiera llenar los datos del sobre. El no quisó hablar con ella antes de irse, ni todas las cartas del mundo servirían para algo. La siguiente era para Ankara, esta estuvo a punto de enviarla varias veces. Sabia que ella no sabia leer así que probablemente le pediría a alguien mas que lo hiciera. Pero le giraban muchas ideas en la cabeza, no iba a enviar la carta a Ragen y podría ser que terminaran peleando de nuevo por su causa, cambio el sobre y la enviaría con otro nombre de remitente, pero entones estaría mintiendo. Por que tenia que ser tan difícil?
Dejo ambas cartas de lado y escribió una tercera a su abuelo, le contó del viaje a Kolkos, la pelea contra los no muertos, la muerte de Siri, lo culpable que se sentía y lo mucho que anhelaba ser útil. Omitió los tatuajes, no sabia bien como podría tomarlo, recordó lo que dijeron sus hermanos respecto a contarlo todo a su familia, aunque esto era algo que no podría ocultar por siempre.

Estaba harta de todo, seguramente no regresaría jamas a Sonnelan, no podría perdonarse por la forma que había actuado. Era por eso que deseaba realmente ser útil, esta vez lo haría bien, aunque de algún modo transferirse otra vez había sido una forma de huir. Escribió un cuarto mensaje para sus hermanos, claro que esta vez lo hizo por el palantir.

Acababa de enviar la carta a Ulvard y se dirigió a la biblioteca, ahí eraban algunos de sus compañeros. Julius apareció luego de hablar con el maestro Jol y les informo que se irían a Muspell, uno de los lugares mas peligroso en Kiev, donde habían empezado a desaparecer -y morir- los magos. Como según partirían al día siguiente Emilia fue a preparar su baúl, de paso entro a la sala común para despedirse de Dannell.

A Dannel lo habían conocido cuando llegaron a Kolkos, era fácil de encontrar en la sala común, ya que le dedicaba las tardes a ser referí de apuestas de cartas. Aun así Emilia se lo había encontrado en la biblioteca otras veces, aun que no precisamente estudiando, de hecho la distraía bastante con eso de subirse a las mesas y decir que era el "Dueño de todo", por lo que Emilia comenzó a llamarlo "Lord de las Mesas". Quizás era bastante tonto, pero la hacia reír y le ayudaba a olvidarse de las cosas malas que habían y que estaban ocurriendo. Aunque el decía no ser muy listo, no había tenido problemas para replicarle sobre el funcionamiento de la runas cuando ella le pregunto, para ella, el solo se distraía demasiado. En parte le recordaba a sus hermanos, quería darse el papel de chico malo y había conseguido que pusieran en su frente la runa de la vergüenza. A pesar de todo podía reconocerle que jamas mentía.

Como era de esperarse ahí estaba el chico, repartiendo cartas en la sala común, cuando ella le dijo que se iba a Muspell el se levanto y salio con ella para platicar. Luego de un largo rato el chico saco una caja de su bolsillo y se la entrego -Lo vi y pensé en ti- le dijo, mientras ella recibía el regalo y lo abría. Era un lindo anillo de oro con el dibujo de un rayo, ella le agradecido y sonrió mientra ponía el anillo en su dedo, finalmente el la abrazo y la beso en los labios. Emilia se sorprendió un poco al principio pero termino por corresponder el beso, habían pasado muchas cosas y aquel chico, que quizás aun era un extraño, le traía tanta paz. Cuando se apartaron Dann le pidió que antes de irse por la mañana se juntara con el en la biblioteca -Estarás gobernando las mesas?- le pregunto ella como burla, -Gobernando todo- respondió arrogante como siempre lo hacia.

La mañana siguiente resulto que había una gran tormenta, así que el viaje se atrasaría hasta que la cosas se calmaran un poco, quizás hasta la tarde. De todos modos Emilia fue a la biblioteca como había acordado. Dann la estaba esperando parado sobre la mesa como siempre -es un escandaloso pensó- pero le hacia bastante gracia. Se acerco y el le ofreció la mano para que subiera a su lado, ella no tenia idea de cual eran sus planes pero decidió seguirle el juego, tomo la mano del chico y se subió a la mesa. Apenas si había recuperado el equilibrio sobre la superficie cuando el la sujeto y la beso frente a todo el mundo en la sala, esta vez no le había dado tiempo de reaccionar siquiera -Desde ahora eres mi Lady- lo dijo en voz alta para que todos le oyeran. Emilia se sonrojo como un tomate -Por todos los dioses en que estas pensando Dann!!?- miro alrededor, la gente los miro y pero no parecían molestos o escandalizados. Aun así Emilia le pidió que fueran a otro lugar, se moría de vergüenza, otra vez teniendo ese tipo de exhibiciones.

Dann le pregunto si aun tenia tiempo antes de irse y le dijo que podrían salir a dar un paseo, como ahora Emilia tenia los tatuajes era mas seguro. El conocía un buen lugar para ir, se convirtió en un Oso como era su afinidad y salio llevándola en su lomo -después de discutir sobre si eso era correcto o no- hasta una edificación de piedra, llena de runas antiguas. Era un lugar bastante bonito, pasaron ahi un largo rato. Emilia realmente no quería irse, admitía que tenia miedo, que no quería morir, quedarse ahí con el sonaba como una excelente idea. Comenzó a hacerle preguntas, quería saber mas sobre el, pero el no respondió ninguna de ellas. -Te diré todo eso cuando regreses- El quería realmente que regresara? alguien en verdad quería que regresara, sentía como se le apretaba el estomago, entonces el volvió a abrazarla y le dijo -te quiero-, pero ella no sabia que responder -es, demasiado pronto par eso no crees?- a lo que el solo respondió -Si lo es, pero si ocurre algo, no quiero no habértelo dicho-. Entonces se quedo ahí con el, hasta que dio la hora de partir.

Un par de días después en Muspell, Julius vio el anillo de Emilia y le daría las felicitaciones, pues, se había casado.

Que weba leer...
En resumen, las patoaventuras de Emilia en Kolkos (?), resulta que Emilia conocio ahi un vago y tras una serie de acontecimientos se caso con el SIN SABERLO.

Bueno, luego una segunda parte de esto.

Parte Dos

Dannel el dulce principe con cejas de mako es de

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PARTE UNO

Emilia no tenia problemas con escribir, en cambio si tenia muchos problemas para enviar las cartas. Y es porque jamas estaba segura de estar diciendo lo correcto, incluso en Sonnelan, había enviado escasas cartas a casa.

Ya llevaba mas de una semana en Kolkos y habían pasado muchas cosas, partiendo con su primera salida y la muerte de su compañera Siri. Esto le dolió a todos y también les sirvió para darse cuenta de la dura tarea que tenían por delante. No habían ido de vacaciones y esa fue la forma mas cruel de recordarselos. La primera carta era para Ragen, pero la guardo en su baúl sin siquiera llenar los datos del sobre. El no quisó hablar con ella antes de irse, ni todas las cartas del mundo servirían para algo. La siguiente era para Ankara, esta estuvo a punto de enviarla varias veces. Sabia que ella no sabia leer así que probablemente le pediría a alguien mas que lo hiciera. Pero le giraban muchas ideas en la cabeza, no iba a enviar la carta a Ragen y podría ser que terminaran peleando de nuevo por su causa, cambio el sobre y la enviaría con otro nombre de remitente, pero entones estaría mintiendo. Por que tenia que ser tan difícil?
Dejo ambas cartas de lado y escribió una tercera a su abuelo, le contó del viaje a Kolkos, la pelea contra los no muertos, la muerte de Siri, lo culpable que se sentía y lo mucho que anhelaba ser útil. Omitió los tatuajes, no sabia bien como podría tomarlo, recordó lo que dijeron sus hermanos respecto a contarlo todo a su familia, aunque esto era algo que no podría ocultar por siempre.

Estaba harta de todo, seguramente no regresaría jamas a Sonnelan, no podría perdonarse por la forma que había actuado. Era por eso que deseaba realmente ser útil, esta vez lo haría bien, aunque de algún modo transferirse otra vez había sido una forma de huir. Escribió un cuarto mensaje para sus hermanos, claro que esta vez lo hizo por el palantir.

Acababa de enviar la carta a Ulvard y se dirigió a la biblioteca, ahí eraban algunos de sus compañeros. Julius apareció luego de hablar con el maestro Jol y les informo que se irían a Muspell, uno de los lugares mas peligroso en Kiev, donde habían empezado a desaparecer -y morir- los magos. Como según partirían al día siguiente Emilia fue a preparar su baúl, de paso entro a la sala común para despedirse de Dannell.

A Dannel lo habían conocido cuando llegaron a Kolkos, era fácil de encontrar en la sala común, ya que le dedicaba las tardes a ser referí de apuestas de cartas. Aun así Emilia se lo había encontrado en la biblioteca otras veces, aun que no precisamente estudiando, de hecho la distraía bastante con eso de subirse a las mesas y decir que era el "Dueño de todo", por lo que Emilia comenzó a llamarlo "Lord de las Mesas". Quizás era bastante tonto, pero la hacia reír y le ayudaba a olvidarse de las cosas malas que habían y que estaban ocurriendo. Aunque el decía no ser muy listo, no había tenido problemas para replicarle sobre el funcionamiento de la runas cuando ella le pregunto, para ella, el solo se distraía demasiado. En parte le recordaba a sus hermanos, quería darse el papel de chico malo y había conseguido que pusieran en su frente la runa de la vergüenza. A pesar de todo podía reconocerle que jamas mentía.

Como era de esperarse ahí estaba el chico, repartiendo cartas en la sala común, cuando ella le dijo que se iba a Muspell el se levanto y salio con ella para platicar. Luego de un largo rato el chico saco una caja de su bolsillo y se la entrego -Lo vi y pensé en ti- le dijo, mientras ella recibía el regalo y lo abría. Era un lindo anillo de oro con el dibujo de un rayo, ella le agradecido y sonrió mientra ponía el anillo en su dedo, finalmente el la abrazo y la beso en los labios. Emilia se sorprendió un poco al principio pero termino por corresponder el beso, habían pasado muchas cosas y aquel chico, que quizás aun era un extraño, le traía tanta paz. Cuando se apartaron Dann le pidió que antes de irse por la mañana se juntara con el en la biblioteca -Estarás gobernando las mesas?- le pregunto ella como burla, -Gobernando todo- respondió arrogante como siempre lo hacia.

La mañana siguiente resulto que había una gran tormenta, así que el viaje se atrasaría hasta que la cosas se calmaran un poco, quizás hasta la tarde. De todos modos Emilia fue a la biblioteca como había acordado. Dann la estaba esperando parado sobre la mesa como siempre -es un escandaloso pensó- pero le hacia bastante gracia. Se acerco y el le ofreció la mano para que subiera a su lado, ella no tenia idea de cual eran sus planes pero decidió seguirle el juego, tomo la mano del chico y se subió a la mesa. Apenas si había recuperado el equilibrio sobre la superficie cuando el la sujeto y la beso frente a todo el mundo en la sala, esta vez no le había dado tiempo de reaccionar siquiera -Desde ahora eres mi Lady- lo dijo en voz alta para que todos le oyeran. Emilia se sonrojo como un tomate -Por todos los dioses en que estas pensando Dann!!?- miro alrededor, la gente los miro y pero no parecían molestos o escandalizados. Aun así Emilia le pidió que fueran a otro lugar, se moría de vergüenza, otra vez teniendo ese tipo de exhibiciones.

Dann le pregunto si aun tenia tiempo antes de irse y le dijo que podrían salir a dar un paseo, como ahora Emilia tenia los tatuajes era mas seguro. El conocía un buen lugar para ir, se convirtió en un Oso como era su afinidad y salio llevándola en su lomo -después de discutir sobre si eso era correcto o no- hasta una edificación de piedra, llena de runas antiguas. Era un lugar bastante bonito, pasaron ahi un largo rato. Emilia realmente no quería irse, admitía que tenia miedo, que no quería morir, quedarse ahí con el sonaba como una excelente idea. Comenzó a hacerle preguntas, quería saber mas sobre el, pero el no respondió ninguna de ellas. -Te diré todo eso cuando regreses- El quería realmente que regresara? alguien en verdad quería que regresara, sentía como se le apretaba el estomago, entonces el volvió a abrazarla y le dijo -te quiero-, pero ella no sabia que responder -es, demasiado pronto par eso no crees?- a lo que el solo respondió -Si lo es, pero si ocurre algo, no quiero no habértelo dicho-. Entonces se quedo ahí con el, hasta que dio la hora de partir.

Un par de días después en Muspell, Julius vio el anillo de Emilia y le daría las felicitaciones, pues, se había casado.

Que weba leer...
En resumen, las patoaventuras de Emilia en Kolkos (?), resulta que Emilia conocio ahi un vago y tras una serie de acontecimientos se caso con el SIN SABERLO.

Bueno, luego una segunda parte de esto.

Parte Dos

Dannel el dulce principe con cejas de mako es de