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Lineil — Vete (Chi/femBol) (one-shot)
Published: 2014-08-24 02:17:41 +0000 UTC; Views: 1066; Favourites: 12; Downloads: 0
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Description La soledad de su estudio le provocaba una sensación de tranquilidad, el único sonido que podía escuchar era el de su propia respiración y el que producían las hojas cuando las tocaba o amontonaba. Disfrutaba tener un tiempo de tranquilidad tras interminables semanas en las que su vida cotidiana se vio afectada.

–Me estás ignorando de nuevo, birlocha.

Masajeando sus sienes dirigió su mirada a la representante de Bolivia, quien lo veía con el ceño fruncido desde el umbral de la puerta. Suspiró, había tenido la efímera esperanza de que por fin se hubiera marchado.

–Tengo trabajo. –Respondió cortante, deseando que se aburriera de molestarlo y se fuera.
Julia entró a la habitación sin pedir permiso, observando detenidamente el lugar. Manuel se limitó a fruncir el ceño, volviendo a concentrarse en sus papeles. No tenía sentido prestarle atención, solo sería una pérdida de tiempo. El tenerla a su alrededor solo le causaba problemas.

–Siempre trabajas. –Replicó Julia, deslizando sus dedos por los libros de la estantería. –Eres un trabajólico.
–Estoy teniendo una buena racha, debe durar.

Escuchó un bufido y cuando se dio cuenta, Julia ya estaba a su lado, sentada en el escritorio con una mueca de aburrimiento.

–Ni aunque te esfuerces serás una potencia, chileno estúpido, entiéndelo de una vez.

Manuel gruñó para sus adentros, intentando hacer caso omiso a las réplicas de la chica. Debía fingir que no estaba ahí, eso sería lo mejor. Ni siquiera comprendía por qué estaba en su casa, pero ahí estaba, como cada día, haciéndole la vida imposible o fastidiándolo cuando empezaba a relajarse.

Intentaba estar el menor tiempo posible en casa, mientras más tardara en llegar, menos tiempo  tendría que lidiar con fantasmas del pasado. Por eso mismo se quedaba en La Moneda hasta que alguien empezaba a verlo con curiosidad, entonces tomaba sus cosas y se iba a casa.

Como todas las tardes, cuando ya eran cerca de las nueve de la noche, buscaba las llaves de su casa y entraba con la calma de quien vive solo. Como cada día tenía la vaga esperanza de que fuera así, que su hogar estuviera vacío y sentir el típico frío ambiental que se siente tras un día sin prender la estufa.

Julia siempre estaba en el sofá, abrazando sus piernas mientras veía la televisión. Al escucharlo abrir la puerta daba un leve sobresalto y lo miraba con el ceño fruncido, sin cambiar de posición.

– ¡¿Te parece que estas son horas de llegar?!
Y Manuel siempre cerraba la puerta antes de contestar. – ¿Y tú qué mierda haces aquí? Ya deberías irte y dejarme en paz de una buena vez.

Cuando veía el rostro dolido de Bolivia, desviaba la vista, negándose a aceptar los sentimientos de culpa que lo invadían. Cada vez le respondía de peor forma, incluso había llegado a gritarle en más de una ocasión. No la odiaba, de verdad que no. Solo deseaba que lo dejara tranquilo, no comprendía por qué siempre aparecía en su casa y mucho menos por qué lo molestaba de diversas formas. Su sola presencia lo perturbaba e impedía que continuase con su rutina de todos los días.

– ¡No me iré, birlocha!

Sin importa qué tan mal la tratase ella insistiría en quedarse, incluso si pasaban semanas sin dirigirle la palabra seguiría ahí, inquietándolo, invitándolo a hacer algo más que estar encerrado en casa o salir solo para regresar tan borracho que ni siquiera pudiera recordar su propio nombre. Lo había intentado todo para deshacerse de ella, pero Julia simplemente no se iba.

Si intentaba intimidarla con la mirada, sería en vano. Los vivos y decididos ojos de Bolivia lo estremecían, obligándolo a desviar la vista y concentrase en otra cosa.

A veces se limitaba a aceptar la constante presencia de la chica en su casa. No ensuciaba y mientras la mantuviera entretenida con alguna cosa no había problemas. A veces bastaba con prender la televisión o la radio para que Julia dejara de rondarlo. En otras ocasiones no era tan afortunado y se veía hostigado por su presencia.

La observaba en silencio, mientras ella se dedicaba a ver la televisión, deshaciendo y rehaciendo sus trenzas una y otra vez, como si jugara con un telar. No le encontraba el sentido a que se arreglara tanto el cabello, no era necesario. A pesar de eso, Julia se preocupaba de mantener sus trenzas arregladas y en óptimas condiciones cada día.

Era absurdo que hiciera eso y tenía menos sentido que lo hiciera frente a él.

Cuando pensaba en ello la evitaba por el resto del día hasta que su atención nuevamente se posaba en la pequeña figura de Bolivia, y se obligaba a sí mismo a suprimir sus deseos de tocarla. Temía extender el brazo, tocar sus largas trenzas con la yema de sus dedos, y sentirla. Era su mayor temor, inclusive la reacción de la menor quedaba en segundo plano ante la posibilidad de empezar a creerse esa farsa en la que estaba viviendo.

No se atrevía, no tenía el valor de deshacerlo ni de continuar. Solo le quedaba insistirle que se machase.

– ¿Y mi desayuno?

Le preguntó Julia un domingo en que Manuel prefirió quedarse en casa por un dolor en el tobillo, cortesía de cierto temblor en la zona sur del país. Optó por ignorarla y continuar con su desayuno como si no la hubiera escuchado, rogando que lo dejara tranquilo al menos por ese día, pero para su desgracia, Julia fue a la cocina y regresó con un plato para ella, sentándose frente a él.

–Eres un mal anfitrión, birlocha. Por eso nadie te visita.
Manuel se mantuvo indiferente, contestándole por primera vez en la semana.
–Nadie me visita porque les digo que no vengan.

Omitió el “weona”, no quería que Julia pensara que la estaba tratando de forma cercana. Se maldijo a si mismo por tener una palabra con tantos significados. ¿Quién lo mandó a tener una jerga que, dependiendo del tono y el contexto en que se dijera, cambiaba de significado?

-¿Acaso quieres estar a solas conmigo, eh, Manu?
Ese tono entre pícaro y burlesco que tanto caracterizaba a Bolivia lo irritaba más de lo normal. Solo deseaba que se callara, o mejor aún, que se fuera.
– ¿No tení a nadie más a quien molestar?

Al no recibir respuesta, alzó la mirada. Nuevamente los ojos de Bolivia habían adquirido ese semblante depresivo, dolido, como una puñalada directa hacía el pecho. Sin embargo, rápidamente Julia frunció el ceño para verlo con molestia. Manuel no era tonto, sabía que había esperado a que la viera para cambiar su semblante, para hacerlo sentir culpable. Para que la consolara o se disculpara.

–Sí, pero prefiero hacerte la vida imposible a ti.
Manuel suspiró, continuando con su desayuno. -¿Y qué hay del Migue? ¿O Dani? O incluso la Vene. Podrías andar haciéndole la vida imposible a cualquiera de ellos.
Para su sorpresa, Julia se levantó de golpe de la mesa, haciendo chillar el suelo con las patas de la silla mirándolo con una mezcla de dolor y odio. -¡No me iré, entiéndelo! ¡Me quedare aquí, te guste o no!

Y tras esas últimas palabras, se fue del comedor.

Chile se quedó en la mesa mirando la dirección por la cual se fue, soltó un suspiro y tomó su plato. Había perdido el apetito. Tras dejar la losa en la cocina y lavarla con extrema dedicación regresó al comedor. Se detuvo al notar que el plato y los cubiertos de Julia habían desaparecido.

Se pasó una mano por el cabello, preguntándose qué estaba haciendo.  Era obvio que no estarían.

En ocasiones intentaba ignorar que Julia estaba sentada a su lado, a pesar de tener su cuerpo inclinado sobre él, prácticamente obstruyéndole la vista con la cabeza. Pero hacerlo era algo difícil de lograr cuando Julia intentaba husmear en el poema que estaba escribiendo.

– ¡¿Podí parar?! ¡Por la chucha, ya vete!

Y ante esos gritos la chica se limitaba a mostrarle la lengua y continuar con sus esfuerzos por leer el escrito en construcción. Si no fuera porque era en vano, hace tiempo que ya la hubiera pateado lejos del sofá. No le gustaba que se acercara tanto, menos que prácticamente se colocara sobre él para ver qué hacía. En momentos así se debatía si debía darle un espacio en el sofá para que se sentara a gusto, solo para luego entrar en razón y decirse que no podía estar pensando enserio.

– ¡Que me dejes ver! ¡Prometo no reírme mucho!

A veces le daban ganas de matarla, aunque fuese en forma figurativa, pero luego recordaba que no podía hacerlo aunque quisiese. Solo podía hacer lo posible por evitar la molesta presencia que lo rondaba a diario. Debía actuar como si no estuviese ahí y con algo de suerte, se iría.

Pero lamentablemente, eso no ocurría.
Y sin querer, se acostumbraba a la presencia de Julia.

Cuando llegaba la hora de dormir no se alegraba porque Julia hubiera desaparecido milagrosamente de su rango de visión. Simplemente, caminaba a paso lento hasta su habitación. No prestaba atención a su alrededor, se cambiaba en penumbras, sin atreverse a voltear y observar a la persona que dormía plácidamente en su cama.

Había perdido la cuenta de todas las ocasiones en que le dijo a Julia que fuera a dormir a otro lado, o mejor, que se fuera de su casa. Siempre recibía un reclamo como respuesta y se veía obligado a dormir con ella. Estaba cansado de usar el sofá como cama o utilizar el cuarto de huéspedes, era inútil, al despertar siempre se encontraba con la sorpresa de verla dormida a su lado. Tiempo atrás había decidido rendirse.

Ese día no era la excepción. Soltó un suspiro y se acostó junto a ella, intentando no tocarla, siempre con temor a lo que pudiera pasar. Logró dormir, sin embargo, a las horas despertó por una risa disimulada y un susurro.

–Estás calentito…

Abrió los ojos ante la sorpresa, volteando levemente para percatarse que la chica estaba pegada a su espalda, buscando calor humano. Sus cuerpos se habían tocado, y lo que pudo sentir lo perturbó más que cualquier otra cosa en su vida.

En un rápido movimiento se alejó, solo para colocarse encima suyo, fijando su penetrante mirada en ella. Las mejillas de Julia adquirieron un leve tono carmín, estremeciéndose levemente al sentir la mano de Manuel acariciar su rostro.

Manuel tembló al sentirla: su tacto era tan cálido, tan suave, tan real que deseaba estar dentro de un sueño. Le costaba creer que realmente la estuviera tocando, era como una fantasía vuelta realidad, y a la vez, era la peor de sus pesadillas.

No pasó mucho tiempo antes de que la primera lágrima se asomara por sus ojos, resbalando por su mejilla hasta caer en el rostro de ella. Lo que sentía no era normal. Julia vio con confusión y sorpresa cómo lloraba,  titubeando antes de hablar.

– ¿Manuel? ¿Estás bien?
Sonaba tan temerosa, con infinita y genuina preocupación.
–Por favor… Vete…

Fue lo único que escapó de sus labios antes de romper en llanto. Ya no podía contenerlo más, pensaba que mientras no la tocara estaría bien, que podría convencerse  a sí mismo de que no estaba tan loco como suponía, que no la extrañaba tanto como temía.

Se sentó sobre la chica, estremeciéndose al sentir que realmente estaba sobre ella. Negó lentamente con la cabeza, mientras las lágrimas seguían cayendo sin control y un nudo se alojaba en su garganta, dificultándole el respirar.

No podía aceptarlo.

–Por favor… –repitió. –Déjame tranquilo… yo… ya acepté hace mucho tiempo que tú…

Sus miradas se fundieron en la del otro, esos ojos castaños que expresaban tanta preocupación lo estremecían. Eran la causa de su sufrimiento. No lo resistió, se tapó la boca con ambas manos, cerrando los ojos con fuerza y soltando un desgarrador grito desde lo más profundo de su alma.

– ¡Ya acepté que no estás! ¡Vete!

Porque ya habían pasado cinco años, y, aunque era extraño vivir sin los constantes reclamos de la representante de Bolivia, decidió que lo mejor era olvidarla y seguir con su vida.

La misma tarde que se planteó no volver a pensar en ella, llegó a su casa y un “¡Llegas tarde, birlocha!” lo paralizó. Frente a él, la mismísima Julia lo esperaba con las manos en la cintura, vistiendo la misma ropa con la cual la había visto por última vez.

–Julia, por favor… -Suplicó, entre lágrimas-  déjame libre… te lo suplico, por favor…

Se hincó sobre su propio cuerpo, sintiendo un dolor tan fuerte en el pecho que lo hacía pensar que si su corazón latía aunque fuera un poco más fuerte, éste se detendría solo para no sentir más.

Nunca pensó que la extrañaría tanto, que desearía verla sin importar qué.

– ¡Te lo suplico!

Julia lo observó atentamente, viendo cómo lloraba desconsolado. Sonrió con inocencia y ternura, no le gustaba verlo así, tan derrumbado. Ella estaba ahí para consolarlo y hacerle compañía, ya que la verdadera Julia nunca lo hizo y nunca podría hacerlo.

–Lo sé… -comprendía sus sentimientos,  aunque él mismo los desconociera. –Pero de todas formas, Manu…

Hizo una pausa. Fuera de la habitación el viento soplaba con ímpetu, logrando que las ramas de un árbol chocaran contra el vidrio de la ventana. Dentro y fuera de la casa todo era penumbras, nada se veía con claridad a excepción de los pequeños instantes en que un relámpago alumbraba el ambiente.

En la ventana se reflejaba una única figura: la de un joven abatido y derrumbado por la muerte de quien siempre le profesó desprecio.

–…No quiero dejarte solo…

El tiritante cuerpo de Manuel se calmó un instante, logrando con vacilantes movimientos apartar las manos de su cara, mirando fijamente la dulce expresión de Julia. Era solo una ilusión, lo sabía, era consciente de ello. Era una creación de su mente para consolarlo, porque extrañaba a esa molesta niña que le hizo la vida imposible hasta el día en que desapareció.

La verdadera Julia nunca se preocuparía por él, lo sabía, porque lo había odiado más que a nadie en el mundo. No importaba cuántas veces Miguel y María le dijeran lo contrario, que Julia no lo odiaba como decía hacerlo en sus arrebatos de ira. Él sabía que eran mentiras blancas para que fuera capaz de continuar con su vida, estaba completamente seguro de que ella lo había odiado con toda su alma.

Sabía que lo que tenía ante sus ojos no era más que un producto de su imaginación. No importaba qué tan cálidos fueran los abrazos de esa falsa Julia, ella no era real. No era su Julia.


FIN
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Comments: 19

aguilareal88 [2016-06-06 04:03:42 +0000 UTC]

muy buena historia la versión femenina de Bolivia me encanta porque es bastante más simpática   

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Lineil In reply to aguilareal88 [2016-06-15 21:55:52 +0000 UTC]

Fem!Bolivia es faicl de querer y es agradable trabajar con ella, su manejo es facil pero también se debe tener en cuenta su carácter. Pero, en mi opinión personal male!Bolivia también tiene su encanto xD

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aguilareal88 In reply to Lineil [2016-06-15 22:03:58 +0000 UTC]

no tengo nada contra Chile o Argentina pero creo que se deben de explotar más otros personajes y creo que tu haces muy bien

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CoffeCrayon [2014-09-24 06:38:59 +0000 UTC]

Auch... "Justo en el kokoro" :'o
No me salgas con que está relacionado con otro porque YA me pongo a leer todo! Esa juli...julina? Uh me llegó, por que?que paso con julilla? Rencor? Oe que feo, ah muy feo como dejas a uno ultra picado u_u pero me hiperllego y a esta hora, seguiré leyendolos son MUY buenos( T3T)

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Lineil In reply to CoffeCrayon [2014-09-24 07:12:40 +0000 UTC]

Si, esta relacionado con otro xD
¿por qué le dices "julina o julilla"? xD solo dile Julia (contra parte femenina de Julio). ...y no te puedo decir por qué desapareció pero te aseguro que no fue por guerra o rencor, a veces los países desaparecen o son cambiados por otros, solo que en este caso no quise dedicarme a explicarlo.

Deberías dormir, es tarde. (yo no duermo, termino un trabajo)

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CoffeCrayon In reply to Lineil [2014-09-24 12:52:21 +0000 UTC]

No no no shh(?) es julin

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Lineil In reply to CoffeCrayon [2014-09-24 16:46:14 +0000 UTC]

No te agradan las fems? xD

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CoffeCrayon In reply to Lineil [2014-09-28 15:40:53 +0000 UTC]

Ah? Sii!! Aunque en este caso más una boliviana que una chilena( es que a Bolivia le queda la actitud de menopausica!)uhuhu se me pasó la A, es Julilla! Si fuese el lado masculino sería Julin,^^U

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Lineil In reply to CoffeCrayon [2014-10-11 06:54:51 +0000 UTC]

jajaja xDD ok, ok.

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MaCtitA [2014-08-30 01:18:32 +0000 UTC]

Antes de ayer lo leí. Como siempre, muy buena representacion emocional de cada personaje (: .

Si bien me dio igual penita por chile con respecto a bolivia, estuvo buenisimo, y me queda la intriga del porqué paso ajajaja

Buenisimos todos tus fics, gracias por subirlos, me divieeto leyendolos.

Un beso byee

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Lineil In reply to MaCtitA [2014-08-30 20:01:00 +0000 UTC]

Como siempre, gracias!

La verdad se me habían ocurrido varias razones por las cuales Julia hubiera muerto (para hacer la historia algo más impactante) pero todas eran un poquitin ofensivas así que tuve que omitir la explicación (aunque creo que así es mejor).

Gracias por siempre comentar, eres una de las razones por las que sigo publicando en DA y no me mudo a tumblr permanentemente. (meh... igual aquí y ahí me siento ignorada xD)

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MaCtitA In reply to Lineil [2014-08-31 04:28:36 +0000 UTC]

;w;

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Girlsrule98 [2014-08-27 19:02:38 +0000 UTC]

escuchàs eso? es el sonido de mi corazon haciendose pedacitos ;;;; 
los feelings alksdjhosajd weon esto es demasiado ahhhhhh
està precioso y al final tuvo sentido. Ya se me hacìa raro a mì que bolivia no dejase la casa de manu nunca XD

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Lineil In reply to Girlsrule98 [2014-08-30 19:57:52 +0000 UTC]

Gracias por el comentario! me alegra saber que destruí tu corazón en varios pedacitos xD

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TheGrimest [2014-08-27 02:51:24 +0000 UTC]

"Ni aunque te esfuerces serás una potencia, chileno estúpido, entiéndelo de una vez." adoro esa frase, eso es lo que dice un boliviano que quiere genuinamente irritar, me ah gustado bastante este, adoro que en ambos sean ambos lidiando con el dolor de la perdida en distintas formas pero no por eso mas efectivas o menos efectivas, adoro que  el literalmente delire con ella, pero sabes? quiza podrias divertirte un poco con esta version mas... suelta de Bolivia y me refiero a futuro en otros oneshots, entiendo que tu estandar de Bolivia es de una chica/chico super introvertido/a  que n"nunca se atreveria a  ser tan fresca con Chile" pero vamos, es divertido no? ella es especialmente irritante pero en esta version mas..."Lanzada" es mas genial, al menos a mi criterio, te tengo mala toticias sobre algunas de las expresiones bolivianas que usas pero eso te lo mandare por un MP, peor en conclusion fue una genial lectura ^^

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Lineil In reply to TheGrimest [2014-08-27 06:08:07 +0000 UTC]

...
Kotaro, como somos el tipo de amigos que pueden ser francos aunque sea doloroso e irritante... eri' weón.

Bolivia de LH no es introvertido, si no lo vez más agresivo en mis historias es porque me centro en pensamientos o por el contexto no actúa así. Antes de escribir tomo en cuenta el carácter en base al contexto, hasta el momento no había publicado nada donde Bolivia actuara como en este one-shot. 

Pero, hombre, pudiste esperarte un mes para decirme lo de "Birlocha" que acabas de auto-asesinar un one-shot donde Bolivia si actúa como en este one-shot (y sin que sea una alucinación) xD

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TheGrimest In reply to Lineil [2014-08-27 11:36:04 +0000 UTC]

"aunque sea doloroso e irritante"
hay no my feels xD
ok veo tu punto de vista, quiza un tanto precipitado lo que dije solo una ultima cosa
"auto-asesinar" <= no inventes mas palabras xd, en serio la pobre RAE ya tiene problemas sola sin este tipo de aportes xD

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DolceMinerva [2014-08-24 18:23:38 +0000 UTC]

ESTABA CONFUNDIDÍSIMA HASTA EL FINAL Y LOS ÚLTIMOS PÁRRAFOS FUERON COMO UNA CACHETADA OH

>>>OH<<<

Me preguntaba por qué era tan pesada Bolivia, y por qué pasaba tanto tiempo en una casa cuando tenía deberes que hacer. Fue un misterio hasta leer el final, muy bien hecho eso. Un final triste, como los que me encantan a mí

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Lineil In reply to DolceMinerva [2014-08-26 03:52:27 +0000 UTC]

"como una cachetada" xD Me gusta~ es una buena forma de definir el one-shot~

Tal vez debería hacer más finales tristes xDDD

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