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Lineil — Antes del odio (Chile-Bolivia) (one-shot)
Published: 2013-04-24 06:26:35 +0000 UTC; Views: 2522; Favourites: 24; Downloads: 1
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Description ¿Cuántos años habían pasado?

Trescientos, cuatrocientos… ¿Quinientos?

Realmente desconocen la fecha de aquel suceso, solo saben que pasaron varias vidas antes de que Antonio llegara a América, y que ambos tenían la edad física de cinco y seis años, y, que en esa época se llamaba Killa'illapha en vez de Julio.

Por esos tiempos el abuelo Inca y Mapuche habían iniciado una serie de intercambios, y a pesar de eso, no conocía a la mujer ni a su hijo. Su salud siempre había sido impredecible y no podía acompañar al abuelo y a Intiawki al campo de batalla. Tampoco los acompañaba a los trueques, no le parecían muy importantes, prefería visitar a Angatupyry. Sus únicos conocimientos sobre Pueblo Mapuche y su hijo se limitaban al hecho de que se habían resistido a la expansión del Imperio Inca, y que ambos tenían mal carácter.

Con esos breves conocimientos y los innumerables insultos de Migue contra el hijo de Mapuche, fue que conoció a Manuel, o como era llamado en ese entonces, Üwelen Aukaman.

¿Qué estaba haciendo por ese camino? Realmente nada, solo disfrutar tocar su zampoña mientras regresaba a casa después de un tranquilo día en el que no había hecho nada digno de recordar, simplemente, disfrutó su tiempo libre mientras su hermano debía acompañar al abuelo Inca en un supuesto trueque con Mapuche.

El lugar del trueque era la antigua ciudad de Tawantinsuyu Sur, la que hoy en día se conoce como Santiago de Chile. Debido a que no tenía ánimos de acompañar a su abuelo y hermano a asuntos aburridos decidió explorar los alrededores de ese territorio que no solía visitar.

Así fue como termino en uno de tantos cerros que rodeaban la ciudad. Este en particular se caracterizaba por tener un sendero, que, a cuya izquierda había un sutil pero peligroso precipicio. No se preocupó, la ruta era lo suficientemente ancha como para caminar sin caer, pero, eso poco importaba si andaba por la orilla para ver el majestuoso paisaje de las tierras de su abuelo.

Tan maravillado estaba con la vida silvestre, que no se percató que hizo un paso en falso,  y,  ante tal sorpresa soltó su zampoña, la cual chocó contra la tierra antes de caer por el barranco. Sobra decir que intentó detenerlo, pero no logró mucho, solo extender su mano al vacío hasta que el objeto se atascó entre dos raíces que sobresalían de la tierra.
Vio el precipicio con desesperación, preguntándose si podría bajar para recuperar su zampoña; era imposible, el lugar parecía inestable, habían algunas ramas que podrían romperse si las pisaba y estaba seguro que caería en cuanto intentara posar sus pies en alguna roca.

Así, incapaz de hacer de algo por recuperar su preciada zampoña, empezó a sollozar. No era un mero instrumento acústico, no era solo su pasatiempo, y no importaba que uno de sus pocos talentos fuera tocar la zampoña. La razón por la que deseaba llorar era porque fue el primer regalo que su abuelo le dio. Incapaz de poder acompañarlo a él y a su hermano al campo de batalla, Inca había optado por darle el instrumento, para que se divirtiera y no se sintiera solo. Más aun, cuando al fin logró tocar una melodía de manera armónica y admirable, su abuelo lo había visto con sumo orgullo.

La zampoña era su bien más preciado, aquello que le había otorgado el orgullo de su abuelo, su diversión, y con ella conoció a su amigo Angatupyry. La idea de no volver a soplar por sus orificios lo angustiaba.

Lentamente cayó en llanto, intentando detener las lágrimas con sus torpes manos. ¿Qué iba a hacer sin su zampoña? Debió cuidarla mejor, no debió acercarse a la orilla, hubiera sido mejor acompañar a su abuelo e Intiawki… ¡Qué torpe!

Tan ensimismado estaba en sus angustias, que apenas se percató de la llegada de otro niño. Sin detener el llanto, miró fijamente al recién llegado que lo miraba a un metro de distancia. A simple vista no supo si era un niño o una niña, pues sus rasgos faciales eran extremadamente suaves, su expresión de indiferencia y el cabello largo, no ayudaron a reconocer su género. Lo único que pudo saber de ese niño era que no pertenecía a la gente de su abuelo ni de otros pueblos adquiridos, su ropa era demasiado diferente.

Ambos intercambiaron miradas, momento en que Killa'illapha soltó un nuevo sollozo, observando a su amada zampoña entre ambas ramas. El recién llegado se acercó a él, mirándolo fijamente, y luego miró el precipicio, percatándose de la existencia del instrumento. Los llantos de Killa'illapha volvieron a inundar la montaña, al mismo tiempo, el niño lo miró nuevamente.

Ninguno de los dos había dicho palabra alguna. Killa'illapha no había pedido ayuda, sin embargo, se sorprendió al percatarse que el chico a su lado estaba empezando a bajar el acantilado. Anonado, quiso decir algo, pero su voz se quebraba en nuevos sollozos. Vio cómo, con maestría, el chico bajaba por la quebrada, sosteniéndose en los puntos exactos y omitiendo los que parecían peligrosos. Seguramente estaba acostumbrado a escalar.

Mientras el desconocido niño descendía, el corazón del andino se aceleraba, la preocupación de que ese extraño se cayera y la felicidad que sentía ante la posibilidad recuperar su zampoña lo abrumaban. Cuando el niño subiera le daría las gracias, aunque dudaba que supiera su lengua, estaría agradecido de por vida.

Escuchó un grito de sorpresa, y observó con horror como el chico había pisado en el lugar equivocado, cayendo. Eso no fue lo peor, el lugar se inundó de un desgarrador grito de dolor cuando una rama se clavó en la pierna del chico, provocándole una herida que no debía ser sería, pero si dolorosa.

Logrando sujetarse de otra rama, detuvo su caída. Alzó la mirada para ver el rostro de horror y desesperación de Killa'illapha, pero, no dijo nada para calmar su preocupación, en cambio, frunció el ceño, librándose de la rama con un simple movimiento. ¿Qué habría visto en el rostro Killa'illapha? ¿Qué lo impulsó a seguir ayudándolo? Quizás, solo quizás, fue un estúpido capricho.

Al fin logró tomar la zampoña, no sin notoria dificultad, y emprendió el camino de vuelta por donde vino. Una vez que estuvo cerca de la orilla, Killa'illapha tomó su mano, ayudándolo a subir, con la poca fuerza que poseía. Cuando ambos estuvieron en tierra firme, y a salvo, el nieto de Inca se percató de la pequeña herida que se había hecho el desconocido, sintiéndose culpable, hizo un gesto en señal de querer ayudarlo, no obstante, el niño ignoró sus intenciones, levantándose y extendiéndole la zampoña de una manera algo tosca.

Y, para sorpresa del andino, la persona que había rescatado su mayor tesoro le habló en una lengua que él bien conocía, solo aquellos que poseían la inmortalidad de los pueblos podían entenderse  a pesar de hablar lenguas diferentes:

–Si algo te importa intenta no perderlo.

Las mejillas del andino se tornaron de un suave carmesí, producto de la admiración que le causaba aquella persona. No cualquiera bajaba un barranco para ayudar a un desconocido. Con ambas manos cogió su zampoña, abrazándola con sumo afecto. El niño dio media vuelta, empezando a caminar.

Killa'illapha se alteró, parándose rápidamente y apretando su zampoña contra sí, observó la espalda de ese niño que le había ayudado sin pedir nada a cambio.

–¡Gra-Gracias!

El niño detuvo su andar, como si estuviera pensando algo, tras unos eternos segundos volteó un poco para verlo, dedicándole una sonrisa tan pura que solo podía compararla con la de su hermano o Angatupyry.

Nuevamente el sonrojo se apoderó de sus mejillas. Esa sonrisa había sido como la de un hombre hambriento recibiendo comida por primera vez en meses.

Ese chico, que más tarde supo que era el hijo de Mapuche, y cuyo nombre originario era Üwelen Aukaman, le había devuelto su preciada zampoña, pero,  parecía que fue Killa'illapha quien le dio algo preciado a él.

Un bello recuerdo que ambos compartían y que ambos creían que el otro había olvidado. ¿Cómo, te preguntas? La segunda vez que se vieron su encuentro fue menos mágico que este…de hecho, hubiera sido mejor que nunca hubieran tenido ese primer encuentro…

Ocurrió varias lunas después. En esta ocasión Mapuche y su hijo fueron se adentraron en los territorios de Inca para hacer los trueques. Cuando Killa'illapha vio a Üwelen Aukaman, no pudo evitar sonreír ante la idea de ser amigos. Sin embargo, como siempre había ocurrido, la luna fue opacada por el sol; Intiawki empezó a hablar con Üwelen y a los pocos minutos ambos empezaron a discutir sobre un tema que ninguno recordaba.

Cuando Intiawki al fin lo presento, esperaba que el hijo de Mapuche dijera algo, que diera  una señal de recordarlo. Si Üwelen Aukaman hubiera hecho, si hubiera dicho  “ya lo conocía” o “¿Has vuelto a perder algo?”, incluso si era una pequeña burla, hubiera sido mejor que un frío y tajante: Hola.

El bello recuerdo que Killa'illapha conservaba dentro de su corazón se destruyó, y tuvo que contemplar como su hermano y Üwelen discutían, parecía que hasta se divertían.
Fue el primer grano de arena en la botella de odio de Julio.

Algo tan preciado para él no significo nada para Manuel.

…o al menos eso creía… si hubiera conocido mejor al hijo de mapuche, entonces hubiera sabido que cuando se enojaba nada lo distraía de una pelea.

Manuel no lo había olvidado.
¿Cómo olvidar a aquel niño que le había dado las gracias con tanta pureza?

Eso ya no importaba, mejor dicho, ya no valía la pena recordarlo. Lo hecho, hecho está, y no hay vuelta atrás. Las décadas pasaron, igual que los centenares, y hoy en día el odio ronda entre ellos. Los gritos e insultos son cosa de cada semana.

En el olvido había quedado lo que pasó antes del odio.

Pero había algo que inquietaba a Julio, en la actualidad había hecho todo lo posible por provocar a Manuel, lo había insultado públicamente, estaba preparando una demanda contra él y estaba seguro que había hecho hasta lo imposible para provocar alguna muestra de agresión de parte de él para poder acusarlo de “hostil”, pero no había logrado absolutamente nada. Manuel siempre se mantenía firme, mirándolo con seriedad. En ocasiones se gritaban mutuamente, pero nunca era nada muy grave. Cuando parecía que estaba a punto de estallar, al siguiente encuentro volvía a estar calmado, pensando con la cabeza fría.

Un día entre tantos, tuvo que acompañar a su jefe a Chile, solo para discutir con Manuel. Terminada la reunión, decidieron volver al hotel, pero, en cuanto llegaron, Julio se cambió y salió sin saber muy bien lo que estaba haciendo. Empezó a caminar con rumbo fijo, a un lugar en especial.

Debió tomar un taxi o algo, pero no se atrevió, quería ir solo, quería llegar por su cuenta. Vestido de civil, y lamentando no haber traído su zampoña, subió  el cerro, con sus pensamientos perdidos en la profundidad de su mente. Quería su salida al mar, la anhelaba tanto que no le importaba quedar en ridículo con tal de obtenerla… su odio por Manuel seguiría vigente hasta tener salida al mar, incluso después de eso seguiría odiándolo… ¿Pero por qué Manuel era tan paciente con él? ¿Por qué no intentaba atacarlo, o al menos insultarlo? Una nación normal ya lo hubiera hecho, cien años de insultos enloquecerían a cualquiera. ¿De dónde venía esa paciencia? ¿De dónde provenía? No creía que fuera arrepentimiento por la guerra del Pacífico, estaba seguro que no era por eso…era extraño.

Era como si una fuerza divina tomara sus manos y le dijera: No le hagas daño, no más.
Alzó la mirada, percatándose que ya había llegado a ese lugar, y para su sorpresa, ahí estaba Manuel, fumando un cigarro mientras veía el horizonte. Pensó en la posibilidad de marcharse, pero, en cuanto dio la vuelta para irse, el chileno habló.

– ¿Qué así acá, weon?
Julio se detuvo, mirándolo con el ceño fruncido. –Solo daba un paseo antes de irme de este país, birlocha.

Manuel desvió la mirada, volviendo a colocar el cigarro en sus labios, parecía pensativo. Julio alzó una ceja, sin comprender qué hacía en ese lugar, de todos los sitios en los que podría habérselo encontrado tuvo que ser precisamente ése. Pensó en irse, pero sus pies se lo impidieron, aunque fuera infantil quería pensar que Manuel se encontraba ahí para recordar cómo se conocieron.

Indeciso, dio unos pasos adelante, colocándose a una distancia prudente del chileno, viéndolo de reojo de vez en cuando. Una parte de él se arrepentía de tener esperanzas de que aquel lindo recuerdo fuese compartido por ambos. Hace mucho tiempo atrás se convenció de que Manuel no lo recordaba porque era un insensible lame botas que solo recuerda lo que le conviene.

Se concentró en la vista del lugar. Era extraño ver tanta vegetación ocultando la ciudad. Aunque, los edificios arruinaran la imagen natural, era extrañamente atrayente ver la ciudad bañada por el atardecer, ese momento en el día cuando los colores pasaban de rojo a morado y luego a azul. Era una vista digna de ver, en especial en un punto que parecía no haber sido tocado por el hombre.

Miró a Manuel, preguntándose por qué no había alterado ese camino, lo había aplanado un poco y quitado uno que otro árbol molesto, pero en vez de destruirlo, de alterarlo para darle una apariencia europea, parecía que no tenía intenciones de hacer el lugar más llamativo. Lo único que había cambiado en ese lugar era la cerca para que la gente no cayera.

Se fijó en que Manuel empezó a ver el acantilado, imitó sus gestos, creyendo ver los sucesos ocurridos en el pasado. Creyó ver al Manuel que vivía con su madre bajar para recuperar su zampoña. Siguió con la vista ese recuerdo, percatándose de que el espacio entre ellos era el lugar exacto en el que él lo había esperado y en el que Manuel subió. Si, en ese mismo lugar, el espacio que había entre ellos fue el escenario del único buen recuerdo que ambos compartían.

Cuando, en su mente, vio como Manuel le regresaba su zampoña, el recuerdo desapareció en el aire. Con una pequeña  pizca de angustia y nostalgia, alzó la mirada, percatándose que Manuel había estado mirando al mismo punto.

No pudo evitar dar un sobresalto, pero, de inmediato apartó la vista para evitar verlo a los ojos. Si lo veía, estaba completamente seguro, le preguntaría si recordaba ese día, no obstante, si Manuel le respondía que no sabía a qué se refería sería una total humillación… y decepción.

Manuel sacó algo de su bolsillo, un pequeño cenicero de mano, en el cual apagó el cigarro y lo guardo en su bolsillo. Aquella acción desconcertó al boliviano, no es que se fijara en cada movimiento del chileno, pero, estaba seguro que era la primera vez que lo veía usar un cenicero en un lugar abierto. Abrió los ojos con sorpresa, mirando la tierra. No había ni un solo resto de cigarrillos, tampoco había basura, el lugar estaba impecable para estar abierto al público.

–Me voy. –Anuncio el chileno, sin mirarlo. –No te quedi mucho rato, se pone peligroso en la noche.

El boliviano inquieto ante la repentina advertencia. Quiso preguntarle qué hacía en ese lugar, pero, su voz no salió, simplemente se detuvo a mirar como el chileno subía el cerro en vez de bajarlo.

– ¿No qué te ibas?
–Tengo algo que hacer.

Julio miro el acantilado, sin opinar nada. Cerró los ojos, diciéndose que ya era suficiente de falsas esperanzas y deseos de paz. Aquel hermoso momento que compartieron fue un instante en la vida que debió quedar en el olvido hace décadas. Con una sonrisa amarga, también emprendió  su camino, para marcharse del lugar.

¿De qué servía intentar revivir aquellos recuerdos? Solo terminaría dolido y sintiéndose el ser más patético sobre la tierra por recordar con tanta estima algo así. Qué imbécil, incluso en la última tragedia que le ocurrió a Manuel quiso hacer algo para demostrarle que no lo odiaba tanto como lo demostraba, pero su gesto fue opacado por cientos de muestras de afecto.

Estaba completamente seguro de que Manuel no guardaba recuerdos de la época en que los pueblos originarios rondaban por América, y si recordaba algo seguramente era en relación a Miguel o Martin… Después de todo ¿Quién nota la luna cuando hay luz del día?

Se detuvo de golpe, apenas había dado cuatro pasos cuando algo le dijo que se arrepentiría si no miraba atrás. Empuñó sus manos, llamándose idiota, y volteó.

Manuel seguía ahí, a unos ocho pasos de distancia.

Ambos mostraron asombro al toparse con los ojos del otro, y como un acuerdo silencio, no desviaron la vista por tres segundos. Una vez que el tiempo termino la magia acabó, y cada uno siguió su camino.

Ninguno dijo palabra alguna, aunque no comprendían por qué, tal vez porque a veces es mejor callar que pedir explicaciones.

Una vez que Julio llegó a la base del cerro, alzó la mirada al cielo. El cielo estaba estrellado y la luna se veía magnifica. No pudo evitar esbozar una sonrisa algo tonta, estaba feliz. No sabía por qué, pero estaba tan feliz que podría llorar.

Ese insignificante recuerdo no era solo importante para él.

A su vez, Manuel contempló la escasa vista de Santiago desde algún punto del cerro, preguntándose por qué no había desviado la mirada. Buscó en sus bolsillos la caja de cigarros, y bufó al percatarse de que estaba vacía. Con la cabeza gacha, cerró los ojos, esbozando una sutil y burda sonrisa. Se notaba que Julio creía que había olvidado ese momento.

¿Cómo hacerlo?

Aún recordaba cómo se había sentido atraído por aquella mágica música, que en un principio la considero un susurro del viento, y la cual siguió hasta que el sonido se detuvo. Buscando ese magnífico sonido encontró a un pequeño niño llorando frente a un acantilado. Aquel rostro bañado en lágrimas suplicaba ayuda.

Fue por aquella mágica música y las lágrimas de Julio que bajó a recoger la zampoña, y, al recibir tan puro agradecimiento, se sintió tan feliz que ese momento quedó grabado en su corazón con letras de oro… la segunda vez que se vieron… si no se hubiera dejado llevar por una pelea con Miguel, si no hubiera ignorado a Julio en aquel entonces…

Lo hecho, hecho está, y no se puede remediar. Solo les quedaba recordar y añorar cómo era todo antes que naciera el odio.

Cuando existía afecto.

Fin
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Comments: 18

Mizutsuki-Umihikari [2015-08-29 23:18:46 +0000 UTC]

me encantó demasiado la historiaa!! es tan sdnaslas hermosa y tierna, amo como escribes !! <3<3<3 eso si, me percaté de algo, bueno es solo una critica constructiva así que no te enojes D:   en esta parte ; "– ¿Qué así acá, weon?" creo que ahí debiste haber escrito "hací" ......fuera de eso tu historia esta perfeectttt!! <3 <3

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Lineil In reply to Mizutsuki-Umihikari [2015-09-23 03:58:33 +0000 UTC]

Me alegro que te gustara la historia.
Gracias por haberme dicho sobre ese error entre "así" y "hací", no me había percatad de ese detalle, y tienes razón, debería ser "hací". Cendre más cuidado en las próximas publicaciones, gracias.

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Mizutsuki-Umihikari In reply to Lineil [2015-09-27 02:14:46 +0000 UTC]

u v u ) ~ 

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TheGrimest [2014-06-05 03:06:09 +0000 UTC]

primero que me leo, como un todo me ah gustado y me gustan los nombres originales aunque de haber sido yo habria puesto los nombres actuales al lado para no marear mucho xd, pero eso es cosa mia por que no tengo retencion para los nombres, me gusta el concepto, Bolivia es tipo de persona que saldria ciegamente de un hotel a caminar solo por el gusto de caminar y llegar a un determinado lugar, si algo eh notado es que vas mucho por lo que el personaje "piensa" en ese momento lo cual es obviamente nesesario, pero no hay mucho de cual es su reaccion fisica en esos momentos,  quiza cosas como "frotarse el codo  con una mirada nerviosa" o "un caminar tenso y lento" ese tipo de cosas me gustan por que aparte de lo que el personaje "piensa" puedo visualisar su lenguage corporal o sus reacciones, a grandes rasgos I like it ^^

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Carolaynne [2013-06-11 06:26:10 +0000 UTC]

Me emociono leer cada palabra de esta historia...lo pude imaginar toitito y era como verlo en un cine mental. Muy bella historia y te felicito puesto q tienes talento y creatividad...y tambn felicitarte por el tiempo q dedicas a la investigacion y a.tratar de hacerlo fidedigno.

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Lineil In reply to Carolaynne [2013-06-13 05:05:45 +0000 UTC]

Que... vergüenza que tu hayas leído algo mio D//: Me siento feliz, pero igual da cosita.

....Gracias! T///T no me considero muy talentosa pero es lindo que lo digan!
Investigar fue lo más difícil porque apenas salia información de lo que necesitaba. Al final ni pude definir un cerro en especial.

Muchísimas gracias por tu comentario, de ti significa mucho!

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Carolaynne In reply to Lineil [2013-06-13 06:36:36 +0000 UTC]

Vamos! Q no te averguense...soy humana y creo que tenemos un parecido...hace años q tenemos un talento q vams desarrollando cn el tiempo...tu la escritura, yo el dibujo...comenzamos de niñas ( o de adolescentes (a eso de 13~15)) y q hoy querems compartirlo como un hobby...
Pero bueno...yo te considero talentosa igual...para hacer una historia asi, yo por lo menos soy un asco, pero tu si q supiste reflejar emotividad al texto

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EmiWasHereEV [2013-05-22 01:27:19 +0000 UTC]

En clases de historia que estamos pasando los pueblos originarios de Sur America, en especial los de Chile y Peru, nuestra profe nos dijo que el Imperio Inca habia llegado mas aya de Valparaiso, conquitando todos los pueblos desde Arica hasta esa zona, pero, que al llegar a la zona con los Mapuches, estos pusieron recistencia y no se dejaron conquistar. Desde ese dia, no e dejado de pensar que Chile deveria estar dividido en tres personajes en vez de solo Manuel. En mi opinion, para representar el conflicto del norte de Chile, puede ser que los 3 Chiles (Manu (centro) es el mayor, Javier (Norte, de ~Chisueo ), y Sur (aun no investigo mucho este punto, pero quiero que sea hombre >///<)) Vivian juntos, pero Javier se fue a vivir con el Imperio Inca, Peru y Bolivia, volviendose de su familia, pero Manu no quiso que se llevaran a su otro hermano, por lo que no los dejo pasar mas aya. Asi, cuando Chile tuvo mas fuerza, reclamo derecho por su hermano, y se lo llevo de nuevo a su pais, volviendolo de su territorio, y Bolvia y Peru lo quieren de vuelta. Jejeje.. es una idea loca, pero seria como mas facil de explicar el conflicto de Mar etc.

Bueno, volviendo al fic.... Wn.. me llego. Te juro que me salieron una que otra lagrima y lo lei con una mano apretando el pecho de mi polera. Esta hermoso wn!! Q////////Q Te juro que en la parte del cerro casi me quedo sin aliento... wn, de verdad que no estoy exagerando! jalñjñgsjgjglñsdg no se como explicar como me enamore de este fic wn! Me dio muchos feels! Q/////Q Aaay cresta te juro que me encanto pero no tienes idea cuanto!! jkfkddgdkgdgdhkldy no se que mas decirte?? kldhskldghskldghklsghklsghklsdg >///////<

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Lineil In reply to EmiWasHereEV [2013-05-22 01:43:19 +0000 UTC]

aahmm... bueno, hay quienes toman a Javi como chile del norte, a Manu del centro y todos los chile del sur suelen ser mujer.Pero creo que con Manu basta y su conflicto interno se explica con la personalidad tsundere (sur y norte amables, centro más agresivo).
Lo del hermano, bueno, no estoy tan de acuerdo, ya que Bolivia y Chile siempre han peleado, antes fue por el corredor de Atacama y después la guerra del pacifico.Así que, bueno al menos para mi, tiene sentido que solo sea un Chile...

hum.... me alegro que te llegara el one-shot. Muchísimas gracias,realmente no se que decir, solo... gracias, de verdad.

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Jiswing [2013-04-27 22:32:42 +0000 UTC]

como siempre eres brillante!!! jejeje tus fics son "ridículamente bien armados y bien respaldados por información real...me encantas y me encanta como escribes y como narras
simplemente brillante !!^^ disculpa por no haber comentado antes ...lo había leído pero por tiempo no pude dejar comentario.

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Lineil In reply to Jiswing [2013-04-29 00:50:43 +0000 UTC]

Gracias, Jis!
No te preocupes por la tardanza, he estado tan ocupada que ni había podido contestarte el comentario xD
Espero que te haya gustado la historia e_eUu se que es algo rara... (igual que todo lo que escribo)...

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Jiswing In reply to Lineil [2013-04-29 03:01:59 +0000 UTC]

yo igual...ya ni me sobra mucho tiempo para dibujar algo nuevo y solo voy de pasada entre el DA; tumblr; facebook etc ....

o sea me encanto tu historia y también los datos de referencia
que sirvieron para escribir el fics...como he dicho antes; eres estupendo con esto; narras muy bien ^^

y no tienes nada que agradecer es un placer leer tus historias.

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WorldAmazing [2013-04-27 03:33:03 +0000 UTC]

¡Ya lo dije!, ¡SOY TU FAN! (y fan de tus escritos) UvU simplemente son geniales, por razón bizarra amo tus "inicios", para mi tienen un "no se que" que me hace querer leer mas y mas OvO (hasta que termina UvU) ok, esto sin duda va a favoritos

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Lineil In reply to WorldAmazing [2013-04-29 01:26:57 +0000 UTC]

Gracias xD
Siempre intento que mis inicios sean llamativos porque el lector suele ganar o perder el interés en las primeras lineas xD.
Espero que te haya gustado el one-shot owo

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AnnaK1332 [2013-04-24 15:13:44 +0000 UTC]

Que curioso...hoy justo bolivia entrego la demanda en La Haya y estoy mas que pendiente con el hecho >__> ..lo leeré apenas haga la prueba C:

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Lineil In reply to AnnaK1332 [2013-04-24 17:15:40 +0000 UTC]

eso... fue una curiosa coincidencia... Yo solo estaba preocupada de terminar el regalo de cherriku y estudiar para mis pruebas... Me gustaría decir que lo planee pero no fue así xD

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OnionNekoRyuu [2013-04-24 11:34:24 +0000 UTC]

Chulinaaa!

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Lineil In reply to OnionNekoRyuu [2013-04-24 13:12:53 +0000 UTC]

eso... significa que te gusto? xDD

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