Description
<<"I'm here for make my dreams come true">>
|| I N F O . B Á S I C A ||
| Nombre:
Aremi Lee
[Aremi: Nombre femenino de origen aborigen australiano que significa "Mágico". El nombre se lo puso su madre]
| Apodo:
Ary (prefiere que la llamen así)
| Género:
Femenino
| Aniversario:
1 Junio
| Edad:
18 años
| Altura/Peso:
1.82 m // 75 kg
| Clase:
C
| Nacionalidad:
Australiana
| Orientación sexual:
Heterosexual
| Estado Civil:
Soltera
| Grupo Sanguíneo:
AB+
| Baúl: --
|| I N F O . D E T A L L A D A ||
Personalidad
Obediente | Amable | Sincera | Educada | Competitiva | Exigente
Es de las personas más amables y agradables que alguna vez puedas encontrarte, nunca llega a usar malas palabras y siempre está al tanto de su situación y de la de quienes la rodean. Es muy noble por dentro, más lo demostrará cuando nadie pueda apreciarla; tipo ayudando a un gato a bajar de un árbol, ayudando a los ancianos a cruzar la calle, o tal vez solo comprando comida para algún vagabundo.
Si algún dia dices una mala palabra, su acción más probable será taparte la boca y decir "esas no son palabras que cualquiera pueda aprobar, por favor, abstengase de pronunciarlas". Nunca la verás sintiéndose triste, miserable y tampoco decepcionada, todas esas emociones aprendió a reprimirlas y expresarlas en otras formas y en secreto, no quiere parecer "débil" ante los demás.
No deberías dejarte llevar por sus comunes gestos de pocos amigos que aprendió de su padre, tampoco de lo enojada que pueda llegar a mirarte alguna vez, realmente le es difícil ser alguien "difícil", valga la redundancia. Es muy accesible en cualquier ámbito mágico, en especial si necesitas ayuda; aunque ya si quisieras preguntarle algo que tenga que ver con las emociones, de seguro obtendrás respuestas en su mayoría vagas, de emociones no sabe mucho.
Prefiere trabajar sola, siempre se siente autosuficiente y siempre puede contar consigo misma; aunque esto no significa que no pueda trabajar con alguien más cuando la situación lo amerite; ya que igual lo hace y de la mejor forma posible, puede llegar incluso a confiar su vida en ellos con tal de que vea una fuerte capacidad por parte del ajeno.
Si alguien alguna vez llega a equivocarse con algo (y ese error le afecta de alguna forma), lo más probable es que sea muy cruda y dura con él, no todos pueden ser buenos en lo que hacen y lo entiende, pero le hará saber de la forma más amable que pueda que TIENE que mejorar, sino va a tener problemas después, no sólo con los demás, también consigo mismo.
Su personalidad rara vez raya en lo infantil.
Historia
Nació en Melbourne, una ciudad australiana, capital y mayor ciudad del estado de Victoria. Es hija única del matrimonio entre un ex militar (retirado por culpa de una lesión crónica en sus rodillas) y una joven y típica chica de ciudad que en secreto era bruja. A ninguno de los dos les llamaba tanto la magia, no obstante, nunca han podido vivir lejos de ella por los peligros que acarrea y especialmente por la familia materna quien constantemente infundía en la pareja la presencia de la magia ya sea por regalos o por fugaces visitas cargadas de magia en cualquier momento.
A Aremi le gustó la magia en exceso simplemente porque a sus padres no tanto, es todo. El simple hecho de querer alejarla de esas cosas sobrenaturales la motivó a amarla todavía más, sabía que si se esforzaba lo suficiente lograría que sus padres entendieran lo fantástica que era, en especial porque ella habia nacido con esa chispa especial en su interior.
En su niñez amaba los cuentos de fantasía, ya saben: hadas, caballeros, dragones y princesas; todo eso era como su "suero de la vida". Las canciones de disney, la poesía y los vestidos eran lo que le hacía pensar que podía vivir en un mundo mágico, que las cosas podían realizarse si sólo se creía en ellas, que las flores podían ser mariposas y las lamparas luciérnagas. El nivel de su imaginación era extremo, podía pasársela días enteros fantaseando con los caballeros de sus cuentos, imaginando que tarde o temprano uno tocaría a su puerta y le diría "cásate conmigo y vivamos felices eternamente".
Ese fue su estilo de vida hasta que cumplió los 10 años, a partir de ahí su mundo entero sufrió un colapso. El día de su cumpleaños, tanto su madre como su padre estaban fuera por asuntos familiares, pero regresaban justo ese dia. Aremi había planeado entregarle a ambos un regalo "mágico" hecho con sus propias manos; ya saben, solo eran simples cajitas de manualidades con brillantina y recortes de colores. Ese dia estaba acompañada de su abuela, su tia y su prima, las cuales se ofrecieron a ayudarle con su regalo, pero por supuesto, Aremi se negó. Esperó pacientemente, pero aún después de la hora pactada ellos no llegaron a casa. Sus familiares inmediatamente llamaron a los padres, más no obtuvieron respuesta. De a poco fueron saliendo de la casa hasta dejarla solo en compañía de su tía.
Pasadas de las 9:40 pm su padre por fin llegó a su hogar, tenía múltiples heridas y sangraba a montones; se acercó a su hija, y con sus dedos resbalozos y rojizos a causa de los moretones y cortadas le dijo con voz temblorosa y débil: "... lo siento, no podremos celebrar tu cumpleaños hoy".
Con esas palabras, levantó a su hija en sus brazos y junto a su tia llegaron al hospital más en un taxi. Una vez en el hospital la pequeña fue guiada hasta una sala de espera, en la cual estuvo sola por un tiempo, debían atender a su padre primero; luego de unos cuantos minutos llegó su padre, con el cual esperó por varias horas. A pesar de las preguntas infantiles hechas a su padre no recibió respuestas concretas, solo las frases que normalmente diría un padre aterrado y atemorizado que deseaba hacer sentir mejor a su pequeño ángel: "no te preocupes"..."mami está bien"... "no sucede nada"... "pronto volveremos a casa"; respuestas que a las pocas horas inducieron el sueño en la pequeña Ary. Ella imaginaba que tanto su padre como su madre podrían sanarse con magia y los problemas serían temporales.
Cuando despertó, estaba en una habitación blanca llena de aparatos médicos avanzados y aún en los brazos de su padre, quien estaba sentado al lado de una gran camilla; su madre estaba ahí, pálida y con los ojos cerrados, esa primera imagen de ella fue por mucho la más aterradora de toda su existencia. Balbuceó, y con miedo en su mirada se dirigió a su padre: ..."mami está muerta?"... fue lo primero que preguntó; su padre negó con la cabeza y acarició con suavidad la cabellera de su hija. "no, solo está dormida". A pesar de que su frase fuese verídica, sonó como una gran mentira durante los siguientes meses. Lastimosamente su madre había quedado hospitalizada luego de un accidente automovilístico que ni con magia pudo evitar, además de eso tuvo un traumatismo craneoencefálico, y lo peor de todo es que ella no se encontraría en ese estado si se hubiese puesto el cinturón de seguridad, algo en efecto muy simple.
Al cabo de siete meses después del accidente su madre volvió a casa, ya se encontraba mejor al parecer... pero... algo era diferente. Aremi, a pesar de estar feliz por su regreso, al poco tiempo comprendió que su madre no era la misma. No podía hacer las cosas por su cuenta, tenía problemas para mirarla, reaccionar, actuar o simplemente... existir... era como tener un muñeco sin vida en lugar de un humano. Por esto su padre tuvo que contratar alguien que cuidase de ella, él no podía porque quería darle prioridad a su trabajo y su hija (según él) no tenía la edad adecuada para encargarse de ella, debía concentrarse en sus estudios regulares. Incluso perdió contacto con el resto de sus familiares. Su padre poco después se volvió rígido y duro, era estricto con las horas de dormir y de levantarse, el aseo personal y el aseo de su casa, el orden, las salidas y llegadas, y eso sin hablar de lo exigente que fue con el vocabulario y modales. Este trato comenzó a molestarla pero nunca se quejó de ello, luego de un tiempo comprendió que se debía al estado de su madre.
Todo el tiempo que transcurrió después fue triste, su vida llena de arco iris de colores se tornó gris, sus pensamientos con el tiempo se volvieron simples y su fé en la magia descendió de forma abrupta. Y así fue durante 5 largos años. Debido a la tristeza por su madre y al trato de su padre fue que Ary cambió su forma de pensar. Aún estudiaba magia más no con la misma emoción que antes, era como si su chispa de vida se hubiese apagado.
A las 4 semanas de haber cumplido los quince, de casualidad se encontró con su tía y prima maternas quienes compraban justo en esa área, las que por mucho tiempo su padre trató de alejar. Fue un encuentro lindo y al mismo tiempo triste; el llanto no cesó durante la hora y media que se dedicaron a hablar. Fue difícil tener que hablar del estado de su madre, el cual no era tan fácil de curar aún con magia, también le fue difícil abrirse a ellas por el dolor que sintió. Fue en ello cuando ambas le contaron acerca del famoso Castillo Cadbury, del gran problema que tendrían todos los brujos y de lo mucho que podría ayudar si entraba, además de poder aprender un hechizo para curar a su madre en el proceso. No aceptó al instante, tuvo que meditarlo durante mucho tiempo, tiempo que se tomó para pasar con su padre, aprender algo más de magia y conseguir ingresos mientras estudiaba.
La puerta del estudio de su padre fue golpeada con brusquedad, un ocupado hombre estaba lleno de trabajo hasta el techo, y, en el marco de la puerta una chica decidida a esforzarse y dar todo por si misma y a mostrar sus puntos de vista que por muchos años se tuvo que guardar. Sus ojos brillaban con intensidad y sus mejillas estaban rojas por la agitación... "Voy a estudiar magia en el Castillo Cadbury!"... fue lo que dijo. La respuesta que recibió claramente no fue positiva, la discusión no se tornó fuerte más si fue muy concreta desde el inicio hasta el final, su padre estaba en contra de ello. Aún así Ary se negó a hacerle caso, incluso aunque le explicó la situación a su padre él seguía escéptico de los logros que podría conseguir con ello, no iba a poner un centavo a su favor en ese sitio para brujos. Por suerte sus familiares quienes si la apoyaron la alojaron en Inglaterra una vez llegó. El problema de esto fue la pronta despedida tanto de su padre como de su madre. Aún se arrepiente de no haberle dicho adiós... lo único que realmente la reconforta es que la próxima vez que la vea, sabe que podrá curarla y parte de esos tiempos felices que tuvo volverán.
|| I N F O . T R I V I A L ||
| Extras:
Come chocolate cuando está nerviosa.
Solía ser modelo en su tiempo libre, ser muy alta le ayudaba.
Si, se maquilla. Más por costumbre que por vanidad.
Tiene un bonito anillo con una bixbita incrustada en él. Es un regalo de su abuela materna.
Le gusta mucho el color magenta, pero también ama el color verde, es solo que no lo usa simplemente porque no cree que combine bien con su tono de piel y cabello.
Cree en las hadas. Es decir, son mas reales que los deseos de los políticos.
Sólo come cereal de dinosaurios o del dietético, ese de avena, integral, de pasas o con trozos de manzana(?.
No come postres en exceso porque tiene pavor de engordar demasiado.
No le agradan las personas que parecen superficiales a pesar de que ella parezca una.
Las manualidades le dan nostalgia.
No suele reirse de los chistes, pero cuando lo hace, es muy ruidosa.
Piensa enfocarse en magia curativa para mejorar a su madre la cual se encuentra en muy mal estado debido a un enfrentamiento en el pasado. Sabe que con magia curativa puede ayudarla y mejorarla totalmente.
Toda su vida ha estudiado magia y quisiera aprender aún más.
Sólo lee libros y ve películas románticas cuando está a solas, ya que la hacen llorar mucho.
Le atraen las figuras que luzcan autoritarias. Desde humanos hasta toda clase de objetos.
Le gusta leer literatura erótica, cuz yes.
//más durante el rol.
| Gustos:
Naturaleza
Hadas
Acariciar a su conejo mascota llamado Scooby (que se trajo sin permiso)
Postres de dulce de leche aunque la engorden como cerdito
Personas más altas que ella
El aroma a lavanda
Sus lociones y perfumes de lavanda
Su cabello cuando huele a lavanda
| Disgustos:
Gente muy bajita, siente como que los va a lastimar a la larga
Crema batida
Las personas quisquillosas
Los objetos demasiado pequeños
Escuchar historias de guerras, ha vivido oyéndolas por parte de su padre, no quiere escuchar ni una más
Personas irrespetuosas