HOME | DD

JustSmileCompany — Cuarta victima.
Published: 2018-07-30 23:00:34 +0000 UTC; Views: 240; Favourites: 0; Downloads: 0
Redirect to original
Description ¿Cuántos ya iba comiendo? Tres, ¿cierto? Tres jodidos vampiros se habían lanzado hacia ella durante su despertar para intentar comérsela y el tiro les salió por la culata a todos. Fueron las presas de Aurora y lograron fortalecer a la vampiresa quien para este punto consideró que era suficiente.

Llegó a su tope.

Su naturaleza era el de alguien floja pero por el bien de su propia vida debía considerar la opción de hacer unos últimos esfuerzos para cazar vampiros y comérselos que esperar a que fueran por su cabeza de nuevo.

Si llegaba a ser lo suficientemente fuerte no la molestarían más.

Y así dio por inicio una cacería... No es que estuviera particularmente encariñada con los vampiros, desde hace siglos la marginaron y no agarró alguna clase de afecto hacia ellos. Con los años también perdió su capacidad de apego, por lo tanto tampoco se ligaba con los humanos, simplemente se quedaba con ellos por conveniencia porque usualmente tenían algo bueno que ofrecerle (ropa linda por ejemplo, las comodidades no eran totalmente necesarias para ella). 

Buscó víctimas que anduvieran en solitario: No muy complicado, los vampiros no solían ir acompañados. 

Recordaba haberle pedido a Leongard que la ayudara a capturarlos pero no tener teléfono y buscarlo era tedioso, además él no quería "exponerse tanto" así que mejor lo dejó de lado.

La noche era oscura y joven, apenas comenzaba, pero un par de días después del tercer ataque fue que decidió seguir un rastro pues una rastreadora fue la que le dio caza y al morderla tuvo chance de mirar en sus recuerdos para buscar a su siguiente victima: Agape era su nombre, otra mujer. 

— Me siento como Carmilla... — Se mofó de sí misma mientras andaba recubierta por la neblina: No era útil contra vampiros pero sí por cualquier otra cosa como brujos o cazadores, deseaba pasar desapercibida para ellos y no ser molestada mientras iba por quien sería su cena para esa noche. Dustin vaya a saber en dónde estaba y la muchacha que conoció hasta hace nada la daba por descartada como alimento... Por ahora, los tenía localizados por si en algún momento se le antojaba ser más hija de puta todavía.

Agape tal vez presintió el peligro porque de un momento a otro empezó a acelerar los pasos hasta ingresar al subterráneo para ir por unos túneles que no tardó en reconocer... Todos dirigían al Nifflheim. Sitio al que ni por asomo quería entrar.

— Maldita sea — Dijo dando un suspiro, ¿por qué tenía que requerir tanta energía de su parte? ¿Es que no podían solo dejarse matar y listo? Bueno, mejor hacerlo rápido. Aurora utilizó su velocidad para acortar rápido la distancia y poder lanzarse contra la chica quien la esquivó al instante porque parecía tener el mismo instinto que utilizaba la pelirosa para evitar que la lastimen.

Saltó contra un muro y no se bajó, quedó boca abajo... Y desde el techo comenzó a correr para alejarse de ahí, por lo visto no quería pelear.

— ¡Vuelve, prometo que no dolerá...! — Ya no le importaba creer que mataba a un inocente, las vidas poco y nada significaban a esta altura para una mujer de su clase. ¿Que si estaba bien o mal? ¡Era un monstruo! ¡A los monstruos no se les ha de cuestionar esas cosas! Corrió de nuevo usando su velocidad para conseguir hacer carrera y poder saltar e intentar agarrarla, ¡podían comparar a las dos con un gato y un ratón! De todos modos correr por los techos no parecía una mala habilidad de escape, quería tenerla.

Quiero tenerte.

No sabía muy bien lo que estaba sucediendo pero de encontrarse viva seguramente tendría un corazón palpitando por la adrenalina y la sangre golpeando en las venas producto de la emoción, ¿así se sentía ser depredador de algo? Hace tanto tiempo no le pasaba...

¿Por qué he dejado de hacerlo?

No lo recordaba.

Su mente había dejado de funcionar correctamente hace tiempo y solo era un montón de lagunas con sitios en blanco.

Por un momento pareció que iba a enfrentarla porque se dio la vuelta a encararla, inclusive supo que le había dedicado una mirada vampírica para intentar controlarla pero...

No funcionó.

Fue entonces que la atrapó y se tiró al piso con ella, al instante Agape gritó y se sacudió junto con algunas súplicas lo cual descolocó completamente a Aurora quien la miraba con genuino asombro.

— Mmmh... — Para silenciarla le tapó la boca con la mano y la miró todavía más de cerca — ¿Eres recién convertida...? — Preguntó y antes de tener una respuesta le mordió el cuello pero sin aplicar mucha fuerza pasa no lastimarle, solo cuando empezó a beber su sangre supo que realmente lo era porque estaba hurgando en sus memorias. Sí, una nigromante que no tenía ni más de medio año transformada. Cuando se alejó para observarla mejor le sonrió, la sangre le recorría la comisura de la boca mientras la víctima aterrada lloraba Eres tan humana todavía...

Resultaba hasta enternecedor porque veía venir la muerte, Aurora tenía los ojos rojos y no le quedaba ya un ápice de misericordia. Le devoraría de todos modos.

 — No te dolerá nada, ven, vas a vivir mucho tiempo más si estás conmigo — Y al decir eso ella misma usó su mirada vampírica para controlarla y dejarla completamente quieta. La novata apenas y sabía utilizar bien sus poderes, había una enorme diferencia de experiencia y Aurora había hecho abuso de ello.

Y ahora que estaban las dos completamente en silencio de nuevo la mordió y sorbió de ella, la vitalidad iba calando por sus venas que empezaban a ponerse negras y a verse, lo mismo con el área blanca de sus ojos. El celeste en su mirada se teñía en escarlata y ya acostumbrada al sabor de un vampiro no sentía asco.

Pero sí el ardor producto del veneno.

Al menos Agape se fue en paz y sin que le hiciera un daño real más allá que el terror mismo de saber que moriría. Se hizo cenizas al perecer entre los brazos de Aurora y la pelirrosa levantando la cabeza se relamió los labios.

— Que tierna es la carne que conserva humanidad...  También era muy tibia. Los sentimientos buenos, el miedo, todo eso de lo que carecía le daban un sabor único que hace décadas no probaba.

Era dulce, muy dulce.

Se levantó del piso, sacudió sus ropas e intentó trepar por el muro sin que la gravedad le afectara: Funcionó, se marcharía así hasta la salida.

— Pequeña y dulce Ágape — Canturreó, enamorada momentáneamente de la imagen de la joven convertida — Que lástima no haberla besado...
Related content
Comments: 0